El jardín (segunda parte).

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Mientras caminaban por todo el jardín, la oruga preguntaba por cada una de las cosas que veía y los insectos amablemente contestaban cada una de sus preguntas, ellos sabían que adaptarse era cosa díficil, más para un insecto como ella, que recibiría tantos cambios en su vida y peor aún, había nacido sola, la mayoria de los insectos que vivían en ese lugar jamás en su vida habían visto algo parecido, eran tan jóvenes que aún desconocían muchas cosas bellas en la vida y la oruga formaba parte de esas cosas "sin conocerla detenidamente la juzgaron, una acción tan común para muchos".

Cuando el recorrido terminó, la oruga siguió un camino diferente al de sus nuevos amigos, estaba exhausta de ver tanta belleza, ese nuevo mundo en el que vivía era perfecto, para ella no existía nada más hermoso;  al doblar en una esquina se encontró con una montaña de tierra que tenía un agujero en lo más alto, se acercó lo más que pudo y descubrío que era el hogar de algún integrante del amplio jardín; al poco tiempo un insecto salió de esa montaña de tierra y la oruga amablemente se acercó a presentarse, la hormiga al verla supo que era el nuevo integrante del lugar y algo disgustado también se presentó.

La hormiga le explicó que ella no era lo que todos esperaban, que probablemente había nacido en el lugar equivocado y que no había lugar suficiente para ella "la primera decepción (de la muchas) que recibiría" al no saber que contestar, se despidió con la misma amabilidad que la de antes y siguió su camino algo decepcionada.

En cada uno de sus encuentros resultó siendo la misma respuesta de aquella hormiga, se encontró con el saltamontes, la mantis, la mariquita y la abeja, la lombriz, el gorgojo, la chinche y la luciernaga etc; estaba tan afligida, su día habia comenzado tan bien y terminado tan horrible, "se dejó llenar de los pensamientos negativos de los demás y olvidó las cosas lindas de la vida, esas pequellos momentos de felicidad" un error tan común.

La noche había caído, era fría y oscura, el unico color que conocía, el que había percibido por tanto tiempo cuando estuvo encerrada; se sentía sola y con hambre, se trepó a una planta y devoró un par de hojas tratando de llenar el vacío que sentía, pero era imposible, aunque estaba llena fisicamente algo seguía vacío por dentro, no podía explicarlo, cerró los ojos y durmió.

Así pasaron los días y las noches,llegando consigo las semanas, los primeros insectos en recibirla estaban tristes, trataron de todas las formas posibles acercar a los demás insectos a la oruga pero ellos se rehusaban a convivir con ella solo porqué era algo que nunca habían visto, los más longevos les explicaban que no conocían la belleza que la oruga aguardaba, que no fueran injustos en juzgarla sin siquiera conocerla, pero nada, todos los esfuerzos fueron en vano, aunque la oruga no se rindió tan facilmente "trato de encajar en el mundo y ambiente de los demás, desconociendo que ella no era el problema, que ella no era la que debía encajar ni mucho menos cambiar su forma de ser porque a los demás no les pareciera" cada esfuerzo daba el mismo resultado, cada cambio terminaba en lo mismo, cada idea fue truncada una y otra vez.

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