Capítulo 32: Final.

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Narrador:
—Quisiera ver a mi hijo, por favor.

Una preocupada señora se encontraba en la estación de policía, junto a su marido.

—Señora, su hijo se encuentra detenido.
—¡Mi hijo no es un criminal!
—Él mismo confesó el crimen. Asesinó al hombre en su propia casa, con un arma sustraída de su hogar.
—No...

Mikoto susurraba, abatida, siendo sostenida por Fugaku para que no caiga al suelo.

—No... Sasuke no es así.
—Lo lamento—. Fueron las últimas palabras del coronel Ibiki.

Flashback
—Esto es terrible...

Ibiki estaba en shock con las imágenes, su estómago se le revolvía y la impotencia en sus venas le carcomía.

Sasuke se levantó de golpe, y sin decir ni una sola palabra salió de la estación de policía.
Salió del lugar muy distinto, sus energías ya no eran puras, su mente ya no divagaba en el bien, su cabeza estaba en otro lugar.

Venganza.

Él debía tomar represalias con sus propias manos por todo lo que ese salvaje le había hecho a Sakura; él sabía que eso no le devolvería a la joven de cabello rosa, ni le quitaría el dolor que recibió por años, pero era para devolverle la poca dignidad que se le fue arrebatada a tan temprana edad.

Era la única forma, que tenía Sasuke, de limpiar la memoria y el recuerdo de quien fue, en todo momento, la dueña de su corazón.
Fin del Flashback

—¿Nombre?

El juez, Hiruzen Sarutobi, observaba atento al joven de cabello azabache, sentado en el banquillo de los acusados.

Éste se acerca lento al micrófono frente a el y responde despacio:

—Sasuke Uchiha.

Ojeroso, cansado e ignorando su alrededor, así se veía el Uchiha menor; había estado toda la noche en la comisaría, antes de pasarlo al primer juicio oral, para conocer su condena.

Toda la familia Uchiha estaba en el lugar, su madre, Mikoto, lloraba a mares, Fugaku apretaba, suave y con un nudo en la garganta, la mano de su mujer, e Itachi observaba, aún sin poder creer, a su hermano en el banquillo, siendo acusado de homicidio.

—Sasuke Uchiha, ¿qué ocurrió el 5 de febrero de 2019?

Flashback
Llegó a su hogar, y por suerte, o desgracia, de él, no había nadie en casa.

Avanzó con paso firme hacia la habitación, la única en donde podría encontrar el arma lo suficientemente buena para matar de inmediato a Jiraiya, la cocina.

Tomó un cuchillo cocinero de gran tamaño, apretó el mango del mismo y lo observó, estaba seguro de su decisión; observó su casa, buenos recuerdos que fueron compartidos junto a sus padres, y Sakura.

Pensaba en la suerte que había tenido él, con una buena familia, y en todas esas jóvenes que estaban teniendo el mismo tormento que la joven Haruno, sin nadie que les crea, ni que sepan de su realidad; afirmó con más fuerza el arma cortopunzante y se dirigió a la salida, ¿su destino?, Jiraiya.

Según Sasuke, el viaje no se había tardado, en un abrir y cerrar de ojos se encontraba ya en la terraza de la antigua casa de Sakura.

Se percató de que Jiraiya estuviese en casa y se acercó rápido al balcón de la que fue la habitación de Sakura; subió como la primera vez y quebró un vidrio, no le importaba si alguien oía, solo tenía un objetivo y lo cumpliría a toda costa.

Secreto familiar (+18). (Finalizado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora