Capítulo 15: ¿Sospechas?

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Sakura:
Al acercarse Jiraiya, puse mis manos frente a su repugnante cuerpo, no quería que se acercara más, él tomó mis muñecas, apretándolas fuertemente dejándolas rojas.

—Deja de hacerte la estúpida. Te gusta todo esto Sakura, por algo me haces enojar tanto, ¿no?, para que te toque y te haga mía las veces que quiera—. Me decía mientras tenía su cara cerca de la mía.
—No... Por favor...
—Quédate en silencio, ¡maldita sea!

Me dió un golpe de puño que me hizo girar levemente la cabeza hacia un lado. Sentía un líquido caliente caer por mi nariz, sangre.

—¿Por qué lo haces todo tan difícil?, Cerezo— Al parecer se sentía muy frustrado. Yo solo miraba el suelo, a la nada —Desnúdate— Demandó él.

Resignación.
Solo eso te queda cuando eres una cobarde de mierda, como yo.

Por lo que solo me quedaba hacer lo que el pedía; lentamente y con las manos temblando me quité la camiseta, dejándola en el suelo, siempre cabizbaja, mirando el suelo.

Dejé de moverme y él se desesperó; agarró mi cabello muy fuerte.

—Continúa— No podía dejar de llorar —¿Quieres hacerlo peor para ti?, ¡continúa!— El estaba furioso, me abofeteó y luego volvió a agarrar mi cabello.

Alguien que me ayude...

Me desabroché el pantalón, no puedo dejar de temblar, al notar que no avanzaba nada él se acercó a mi cabreado para acabar la tarea, pero comencé a forcejear, levante mis rodillas hacia su cuerpo, intentando alejarlo, él me tomaba las manos y las apretaba.

—¡Déjame en paz!, ¡suéltame!
—¡Bien!, ¡tú quisiste poner peor todo esto!
—¡No!, ¡suéltame!

Me había agarrado un brazo y tomó una corbata que tenía en su bolsillo para amarrarme, pero en un movimiento rápido y con mucha adrenalina pude darle un golpe en su entrepierna, se arrodilló por el dolor, ésta fue mi oportunidad de salir corriendo de esa habitación; en estos momentos agradecí enormemente que este maldito lunático haya quitado los seguros de las habitaciones.

Bajé lo más rápido que pude la escalera mientras lo escuchaba gritar mi nombre como un maldito desquiciado.

—¡Sakura!, ¡vuelve aquí maldita perra!, ¡me las vas a pagar muy caro!... ¡Sakura!

Abrí la puerta principal y salí corriendo a la calle.
Seguía escuchando como me llamaba detrás mío, lo sentía tan cerca.

Corrí y corrí sin detenerme y sin mirar atrás.
Después de bastante tiempo ya no sentía mis pies, y dejé de escuchar sus gritos por lo que eso hizo que interrumpa mi "escape"; no podía respirar bien, observé a mi alrededor...
¿Dónde estoy?, la adrenalina me bajó de golpe, sentía mucho frío.

Mierda.

Estoy sin camiseta, intenté taparme con los brazos, pero fue en vano; caí exhausta, de rodillas al pavimento.

Por otro lado, eran exactamente las 22:40 de la noche. Fugaku y Mikoto volvían de una importante reunión que el Uchiha mayor había tenido con el alcalde de la ciudad, iban conversando con completa tranquilidad, pero algo en el camino le llamó la atención a Mikoto, un color extravagante de cabello que estaba segura haber visto anteriormente.

—¡Fugaku, detente!, ¡hay alguien en el camino!

Fugaku se detuvo de inmediato, quedando a unos centímetros de la joven pelirrosa. Se bajaron del auto con rapidez.

—Por Dios... ¡Es Sakura!— dijo Mikoto, subiendo sus manos a su boca, en acto de estar sorprendida
—Pequeña, ¿qué te sucedió?— Le preguntó el hombre, pero no había respuesta.

Secreto familiar (+18). (Finalizado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora