Me hice la idea de que había sido solo un sueño sin importancia. Algo banal a lo que no debería apegarme. Pero fue solo un pequeño presentimiento el cual me hizo dudar sobre si jade podría llegar a hacerme eso. Lo conozco de casi siempre y tiene la fuerza suficiente para realizar los movimientos que ocurrieron en mi sueño.
Tomé un respiro con pesadez y a la vez alegría ya que era viernes.
Cepillé mi cabello con cuidado frente a mi gran espejo rectangular, ubicado en una esquina de mi cuarto, decorado con detalles dorados en cada esquina. Estaba de pie algo inclinado, con no mas que un pequeño taco que se usa tambien para mantener puertas abiertas.
Pensé mucho en Jade y ese sueño, sentía que quería decirme algo, pero intenté no enrollarme tanto y dejar mi mente en blanco.
Me puse el uniforme, el cual consistía en unos jeans azules o negros con una camisa del mismo color y una campera de la institución.
Traté de sonreír, mientras caminaba por el hall, al parecer era temprano, puesto que no había nadie, no se escuchaban si quiera las voces de profesores. Si, solo había un profundo silencio que daba la idea de que todo estaba muerto. Pero aquello no era un silencio pacífico, sino uno tenso, que podría cortarse con una tijera. Si quiera se escuchaban las bocinas de los autos, ni el motor de estos en sí. Como si todo estuviera aislado y todo movimiento fuera nulo. Como otra realidad
— ¡¿Qué haces ahí?! — La voz de Maguie me sorprendió. Estaba en la entrada haciendo señas para que me acercara.
— ¿Hoy no hay clases?
— Lastimosamente si hay —. Repuso con pesadez. — Pero hay en Sede, vamos que llegaremos tarde. — Me agarró del brazo, llevándome media vuelta a la manzana, donde efectivamente estaba la Sede, y varios alumnos de mi curso preparados para entrar.
— Nadie me dijo que había clases aquí —. Me volví a ella.
— Lo avisaron demasiado tarde, los pocos que supimos vinimos.
— ¿Por qué pasa esto?
— Siempre ha pasado en esta escuela. Los directivos poco y nada se encargan. Solo se levantan de su cómoda silla cuando algo pueda afectar la reputación de la escuela. Un robo, una pelea, etcétera.
Entramos llegada la hora, como todos los demás, los pocos que éramos en el salón y unos diez mas de otras cursaciones. Maguie me ofreció sentarme a su lado ya que las demás no habían llegado.
— Seguramente las demás no vengan. Las conozco hace varios años. No puedo decir toda la vida pero, seis años al menos.
— No las conociste en la primaria.
— Llegué a la primaria en cuarto grado, Liss en quinto, y Kalla es la única de nosotras que está aquí desde primero.
— Wow. Interesante.
— Si. Y luego llegaste tu. Es como si siempre nos juntáramos con los nuevos.
— Verdad.
— Lo malo es que hoy moriré de hambre —. Agregó con un tono infantil.
— ¿De qué hablas?
— Es que Kalla es la que trae comida y Liss la que trae dinero. Y si no estan ellas, ¡moriré de hambre! — Dijo haciendo una pose dramática.
— Yo tengo algo de dinero —. Le quité la funda a mi celular, dejando caer cincuenta pesos sobre el banco que compartíamos. La cara de Maguie cambió drásticamente.
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HACKERS DE-MENTES REMAKE
Science Fiction¿Unos chicos con una vida normal? No lo creo. Ellos tiene el don, y me ayudarán a salir de esta cárcel, de esta tortura. Serán mis nuevos salvadores. Mis nuevos Hackers de mentes