Me quedé pensando sobre el extraño reflejo que tuvo Jade al tocarme el rostro.
— No lo sé, tío Steve. — Dije dando una exhalada profunda. — Desde que he visto a Jade otra vez, todo es muy raro.
— Mira hija, si algo he aprendido de la vida es que, si mantienes a tus enemigos cerca, descubrirás cosas de ellos que tal vez te den o, una razón para aceptarlos, o una razón para no hacerlo. Tómate el tiempo de conocerlo bien y buscas razones, y luego ahí ves qué hacer. — No. no pretendía hablarle del calvario que me había hecho sufrir Jade a un pobre viejo de noventa y cinco años. Tampoco, sobre lo que había pasado aquella semana. Pero eran ciertas sus palabras, debía buscar motivos y comprender sus actitudes, para comprender que es lo que pretenden. Anotar cada cosa en mi pequeña libreta mental y analizar sus pasos y su recorrido.
Esa misma tarde, volviendo de la casa de Steve intenté anotar todo en un papel y escribir en mi computadora para siempre tenerlo a presente:
Actitudes de Jade Copper:
"Suele ser mandón, e impulsivo, y rara vez tierno (aunque puede que sea solo tierno conmigo). No es muy detallista, y la mayoría de veces despreocupado.
A veces, catalogado por una persona misteriosa con muchos secretos, pero a la vez, mentalmente no muy hábil. Hasta por lo que yo sé tiene bastante fuerza".
Cuando estaba por reescribirlo en mi computadora, esta se tildó nuevamente, haciendo que la desconecte sin mucha emoción. Solo me recosté sobre mi cama a hojear uno de mis nuevos libros, aunque así me haya quedado toda la tarde. Solo leyendo, sin hacer la tarea de la escuela, sin hacer el mas mínimo esfuerzo. "Luego la haré" me recordé luego de unos minutos.
Miré mi celular, el cual anteriormente había vibrado, indicando la llegada de una notificación. Di un vistazo por curiosidad. La notificación venía de mi e-mail, el correo de un videojuego que no había recordado instalar. Un juego de esos de ser un detective, investigar, recoger objetos y salir de una casa embrujada. combinados con movimientos libres y con historia, algo bastante completo a mi parecer, ya que conozco bastante de juegos para entender su funcionamiento, pero nunca (o poco y nada de veces) había visto algo por el estilo. Ademas me extrañó el hecho de que fuera un juego online, los cuales nunca había visto que tuvieran la temática de detectives, normalmente los juego que también se juegan en simultáneo son shooters. Donde generalmente son un grupo, o si se lo quiere, son todos contra todos.
[...]
En otro lado, quién sabe dónde, se encontraba una muchacha de cabellos rosas, ojos morados, de complexión delgada encerrada en un cuarto oscuro, con lo único que tenía a mano era una computadora (no portátil) la cual era la única luz en el lugar, junto con unos cascos negros de bordes naranjas.
Esta iluminaba la cara de la muchacha, quien estaba deseosa que aceptaran la propuesta del correo que había enviado a cualquier persona corriente que tuviera vida.
— Ya lo captó. Espero nos ayuden esta vez... — Se dijo esperanzada.
La solicitud del juego fue aceptada, algo que llenó de aun mas esperanzas a ella. La persona que se unió al juego, misteriosamente, logró ganar todas las partidas, pero alguien la estaba ayudando.
— ¡Muy bien jugadora número uno! — Una voz chillona Salió del celular de Aixa.
La chica siguió jugando a ese juego sin decirle a nadie, solo ella sola, como un pasatiempo ocioso. No mucho mas que unos minutos por día.
El juego consistía en ser un detective, ademas de un hacker. Este juego,se relacionaba muy bien con la observación, algo que fascinaba a la muchacha ya que era su zona de confort el analizar con rapidez y a la vez detalles minuciosos.
En otro lugar, bastante lejos en cuanto a viaje, se encontraba un viejo como otro día pintando y en particular dando los últimos retoques a uno de sus cuadros mas recientes.
— Papá, no te gastes en tu obra, te arruinarás la vista así. Y ven que ya está lista la cena. — Habló la mujer, bastante mayor también pero con un increíble cariño hacia su padre.
— Ya voy mi vida, y aunque no lo creas Lisa, no tengo la vista tan arruinada — El viejo mintió y sonrió, solo para no preocupar a su hija. No se estaba quedando ciego, pero cada vez veía con menos claridad. Como si entre el y lo que lo rodeaba hubiera una nube densa o una especie de niebla. Aunque bien podía ver los colores y distinguirlos con viveza.
Impresionaba que no tuviera tantas dificultades el viejo, quien teniendo noventa y cinco años, pensaba como un joven fiestero de veinte. Su salud mental era increíble, tanto como su capacidad de razonar hasta en los momentos de peligro o "cruciales". Un hombre muy bien vivido. A pesar de ser cierto que tenía algunas restricciones físicas.
El hombre no dejó de pensar ni un momento en lo que le había contado su nieta sobrina, pero se mantuvo callado y sonriente, para cubrir esa incertidumbre que lo comenzaba a abrumar. Y antes de dormir, realizó una pequeña oración a lo que sea que estuviera en el cielo, por su nieta sobrina, para que pudiera resolver sus problemas, a pesar de que él no estuviera siempre presente para aconsejarla.
Realmente, una relación muy bonita. Ellos dos eran los mas grandes confidentes entre sí. Ni la mitad de su familia conoce lo que estos don han guardado. Penas, amoríos que terminaron en un desastre, entre otras cosas.
Lo bueno y lo malo de ambos, solo lo conocían ellos. La sugerencias y consejos nunca faltaron en sus interminables charlas que se alargaban desde las dos de la tarde hasta las tantas de la noche.
Las risas tampoco, y menos las vergonzosas donde uno se arrastra por el piso y golpea cosas sin contener el aire que sale, como las carcajadas de Aixa.
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HACKERS DE-MENTES REMAKE
Ciencia Ficción¿Unos chicos con una vida normal? No lo creo. Ellos tiene el don, y me ayudarán a salir de esta cárcel, de esta tortura. Serán mis nuevos salvadores. Mis nuevos Hackers de mentes