changbin ha oído acerca del harem que tiene un sunbae
él quiere tener el suyo también
porque todos tienen un crush con él.
⚠︎No se romantiza la virginidad; hay escenas sexuales en gran parte del libro.
⚠︎Los personajes principales al rededor de Chan...
Changbin mantuvo la vista en la ventana durante todo el trayecto hacia la playa, estaba distraído pensando acerca de lo que Wyong y él habían hablado con anterioridad.
Si Changbin era sincero consigo mismo, deseaba tener algo como un harem donde aquellos chicos en los que más confianza tenía, participasen; no era vergonzoso seguir siendo virgen, sólo sentía que era demasiado aburrido a su edad, pero ¿qué más daba? No obstante, era demasiado inocente incluso de su parte creer que todos estarían dispuestos a dormir con él. También dudaba que Jimin o Jeonjun le mirasen así; el aspirante a veterinario rozaba el límite de odio hacia su persona y Choi tenía novia; Jisung no demostraba demasiado, él era realmente misterioso... El resto... no sabía qué pensar.
Changbin miró a Jeongin por un momento, el menor tenía la cabeza recargada en su hombro mientras su brazo le rodeaba la cintura; aunque Jeongin se empeñara en mostrarse susceptible, arrogante y cascarrabias con todo el mundo, con Changbin era cosa distinta. Él fue su primer amigo, su primer lazo después de que los padres murieran y Jeongin sentía cierta fascinación por el rubio.
Hyunjin estaba a su otro lado, con una pierna sobre las de Changbin mientras dormía cómodamente. De esa manera, Changbin sentía que ellos querían tenerle. Y era aterrador en cierta medida. Definitivamente, golpearía a Wyong después.
Viajaban en el Jeep Compass de Chris: Changbin estaba en el asiento central en la parte de atrás, y Hyunjin junto a Jeongin a sus costados, usándole como almohadón. Detrás de ellos, en el Aston Martin de Minho, iba el resto de sus amigos y desde aquí podía escuchar la música que oían.
Les encantaba presumir.
No era la primera vez que Changbin compartía un viaje como aquel con ellos (aunque en esta ocasión faltasen varios de sus amigos y todas las chicas), pero sí la primera en que las ideas turbias de Wyong (el sexópata) irrumpían sobre él, confundiéndolo completamente acerca de que lo que quería (o no) sentir.
Quizás terminaría aprovechándose de alguien, y eso no era para nada bueno.
Sin embargo, estaba muy curioso al respecto, y la mano fría de Jeong que constantemente alzaba su camisa para tener el toque de su piel incrementaba sus ganas por sentir a ese chico.
La charla de Chris y Hyunjin en el pequeño espacio ya había pasado a tercer plano cuando Changbin cerró los ojos para caer dormido.
Las tiendas de campaña que habían llevado tenían capacidad para tres personas, así que se dividieron en tres grupos y entre todos se ayudaron a armarlas. Changbin tomó sus cosas y las dejó en la tienda del centro, esperando que por sí solos se acercaran a él quienes quisieran aguantar sus patadas y charlas sonámbulas.
Poco tardó Jeongin en lanzar su bolso por la entrada sin importarle dónde cayese.
Yang ingresó a la tienda con una enorme sonrisa en los labios, contento por haber llegado primero donde su chico favorito. Y tan pronto como Jeongin se instaló junto a Changbin, Felix asomó la cabeza por la entrada con una mueca de curiosidad.
―Genial, aún hay lugar. ―El de cabello rojo entró completamente, arrastrando su bolso con él.
―Hey... ―Hyunjin abrió la tienda completamente, encontrándose decepcionado al ver que todos los lugares ya estaban ocupados.
Jamás entrarían cuatro personas ahí dentro, el tamaño era demasiado justo.
―Yo llegué primero, no me sacarán de aquí ―dijo Jeong, desviando la mirada como si no le importara.
―Yo llegué primero ―refutó Changbin, riendo.
―No me refería a eso ―murmuró Yang.
Felix le volteó a ver, entrecerrando ligeramente sus ojos aguamarina. Hyunjin suspiró derrotado antes de marcharse.
―¿Tienen idea de lo que se planeó esta vez? ―preguntó Changbin comenzando a acomodar su sitio, completamente ajeno a la rivalidad tan tensa entre sus amigos.
Jeongin, quien estaba recostado sobre una bolsa de dormir y con la cabeza sobre su bolso, negó mirándole. Felix imitó su acción, sentándose de piernas cruzadas.
―¿Tengo algo en el rostro? ―Changbin pasó las manos por su cara.
Quizás Wyong no estaba tan loco y tenía razón, pero él nunca se había dado cuenta de una mierda. O quizás estaba exagerando con la atención que recibía y no era para tanto.
Felix negó mientras se arrastraba hacia la salida.
―Iré a preguntar. ¡Que no quiten mis cosas! ―exclamó Lee, muy seriamente antes de marcharse.
Jeongin se acercó más a Changbin, con el ceño fruncido y los labios abultados cómicamente. Changbin rio, le encantaba lo juguetón que solía ser Jeongin en la intimidad.
―¿Qué quería ese seductor y raro tipo resbaladizo?
La pregunta descolocó a Changbin y más aún por el apelativo usado, la seriedad con la que Yang hablaba incluso más. El sólo creer que este haya oído algo de la conversación que tuvo con su amigo le ponía completamente colorado en todos los aspectos.
―Charlar... Ya sabes, sobre esas cosas raras en las que Wyong anda metido ―respondió tímidamente luego de unos segundos.
―Ya no son amigos ―dijo Jeongin de repente, a la defensiva.
―No somos amigos... amigos, pero sí conocidos... O algo como eso ―contestó el Príncipe, sacando el bloqueador solar de su bolso.
Lo cierto era que la relación que tenía con Wyong era de años, la madre del mayor solía ser su niñera y en muchas ocasiones jugaban juntos, la diferencia de edad era tan sólo de un año así que solían tener muchas cosas en común.
―¿Por qué? ¿Estás celoso, Jeonginnie? ―canturreó Changbin, aniñando su voz completamente.
Jeong negó repetidas veces, corriendo la cara ante el constante toqueteo del índice del mayor en su mejilla.
―No estoy celoso ―gruñó él, amagando con morder sus dedos si seguía tratando de hincárselos.
Changbin se mantenía esquivando las mordidas de Jeongin, tratando de apartarlo con sus brazos, pero este era insistente. La voz de Chris llamándolos a todos fuera de la tienda distrajo a Changbin, lo cual hizo que pegase un pequeño chillido al sentir cómo los incisivos de Jeongin apretaron su dedo entre ellos con fuerza.
―¡Mi dedo! ―gimió Changbin, llevándoselo a la boca.
―No te chupes... el dedo así.
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