Capítulo 16

645 34 19
                                    

Las chicas y yo llegamos al Ministerio de Magia. Marcamos el código de entrada y entramos a la institución. Yo llevaba años sin entrar al Ministerio, así que me sorprendí un poco al ver lo cambiado que estaba, pero no le di importancia. Era normal que hubiera habido cambios.

Nos dirigimos al ascensor que nos llevaría al Departamento de Misterios, que estaba en el sótano y al que era imposible acceder a menos que tuvieras una acreditación o estuvieras acompañado por una persona autorizada para acceder.

Confiábamos en que nadie nos pararía de camino al ascensor, aunque de todos modos caminamos lo más rápido que podíamos sin levantar sospechas, pero nos equivocamos.

Draco Malfoy venía a arruinarnos la fiesta.

Todas soltamos un bufido silencioso. Nunca nos habían gustado los Malfoy, nos parecían una panda de hipócritas que se habían comprometido a ayudar a Kingsley Shacklebolt para evitar pudrirse en Azkaban.

Draco se había casado con Astoria Greengrass, una chica que estaba en séptimo cuando yo entré a Hogwarts. Para ser Slytherin no estaba tan mal, así que le concedí el beneficio de la duda, puesto que era prefecta de Slytherin. Gracias a Merlín no tuvimos que cruzarnos demasiado, al estar yo en Ravenclaw.

Bueno, se había casado con ella y habían tenido un hijo llamado Scorpius. Los Malfoy eran tan ricos que no tenían que trabajar, y Draco invertía su tiempo y dinero en comprar antigüedades. Aunque había que reconocer que Draco era mejor padre para Scorpius de lo que Lucius había sido para él. Al menos no parecía que el chico tuviera desprecio por lo comúnmente conocido entre la Sangre Limpia como "Sangre Sucia".

Draco interceptó a Katie.

-Buenos días, señorita Davis -dijo con voz suave, lo que todas sabíamos que denotaba peligro-. ¿A dónde van usted y sus amigas -comentó señalándonos- tan presurosas? ¿Tienen prisa o están ocultando algo?

-Vamos a hacer nuestro trabajo, señor Malfoy -respondió Katie con dureza.

-Ah, así que, ¿ahora todas trabajan en el Departamento de Misterios? -preguntó incrédulo-. Porque, si recuerdo bien, la Aurora McCallister forma parte de un grupo de Muggles que salvan el mundo. ¿Me equivoco?

Rechiné los dientes. Que mis amigos no pudieran hacer magia no los hacía peores personas o menos dignas que él.

Diana me dio apoyo silencioso. Katie estaba furiosa

-Bueno, señor Malfoy -cortó Katie, perdiendo la paciencia-. Lamento interrumpir esta charla tan agradable, pero tenemos cosas que hacer -y dicho eso, las puertas del ascensor se abrieron, y ella nos empujó hacia dentro. Todas nos la quedamos mirando impresionadas. Katie siempre había sido muy tímida-. ¿Por qué me miráis como si hubieses visto un fantasma? Si me decís que era la única que quería librarse de ese hombre estáis mintiendo.

-No, no decimos eso -repuse-. Pero no ha sido propio de ti. Más bien, lo normal es que te hubieras quedado a soportar la bronca y alguna de nosotras, preferiblemente Mallory o yo, os habríamos empujado a las demás al ascensor.

Katie se encogió de hombros.

-Bueno, ______, los tiempos cambian y las personas también.

El resto del viaje en ascensor fue en silencio. No sabíamos qué nos encontraríamos en el Departamento. La única tranquila era Katie, pero ella conoce el Departamento de Misterios. Las demás nunca habíamos bajado hasta ahora.

Al fin llegamos al Departamento. Cuando el ascensor se abrió vimos un pasillo tenuemente iluminado que conducía a una puerta negra. Katie se puso en cabeza. Abrió la puerta negra y entramos a lo que supuse que era la cámara de entrada. Era una habitación circular con un suelo muy pulido y con 12 puertas. Katie abrió una de las puertas y entramos al Departamento de Misterios. Ya no había vuelta atrás.

We can be mended (Steve Rogers y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora