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La escuela era...

-Y fue así que en 1861 el estado de Virginia decidió separarse de la Unión tras... -.

...una tortura.

En especial cuando querías estar en otra parte en lugar de quedarte a cumplir las horas en aquella prisión.

No piensen mal, Cassie siempre disfrutó de la escuela. Cuando era niña le encantaba ir a clases, pues así podía ver a sus amigas y jugar con ellas, claro, aprender cosas nuevas también le entusiasmaba pero en su mayoría le gustaba más porque podía pasar tiempo con sus amigas. Y aunque los años pasaron, ella siguió disfrutando de la escuela.

Fue muy feliz cuando el sistema educativo volvió a instaurarse, pero a pesar de eso, en esos momentos, la voz de su profesora de historia estaba a punto de hacerla dormir, pese a que siempre le ponía atención.

Afortunadamente para ella, la campana sonó tan sólo un segundo después de que le rogara a todas las deidades del universo por un poco de piedad.

-Bien, pueden irse chicos, buen fin de semana – la profesora no tuvo que repetirlo dos veces, en cuanto lo dijo, varios de sus alumnos se pusieron de pie para salir cuanto antes del aula.

Una de ellos fue una chica de largo cabello castaño. La chica tomó su mochila lo más rápido que pudo y salió sin dudarlo del aula y de la misma manera cruzó los pasillos sin chocar con ningún otro estudiante. Su paso era firme y enfocado en un sólo punto: La salida.

-¡Cassie! -.

Al escuchar su nombre, la chica de 15 años con largo cabello castaño y brillantes ojos azules, frenó su paso y se dio la vuelta.

-¡Espera! – una chica de cabello negro y cortó se acercó corriendo a ella - ¿qué pasa? Parece que llevas mucha prisa -.

-Hola Emily – sonrió levemente – sí, tengo algo de prisa -.

-¿Vamos a casa juntas? Yo también me muero por irme – rodó los ojos.

-Claro – se encogió de hombros, aunque quien la conociera podía notar el deje de duda en sus ojos.

El par de chicas continuó el camino por el pasillo al igual que muchas chicas y chicos de su edad, todos rumbo a la salida, ansiosos por salir de aquella prisión y volver a sus amados hogares.

-Oye ¿y qué piensas hacer para el trabajo de ciencias del señor Spencer? -.

-Aún no he pensado en eso – respondió honesta mientras finalmente salían. En cuanto sus ojos se toparon con la luz del día, buscó con la mirada algo que estaba 100% segura, se iba a encontrar.

-Yo tampoco, creo que tendré que buscar en internet algunas ideas, aaa... ¿tú qué piensas, Cass? – la chica había comenzado a bajar las escaleras sin darse cuenta que su compañera no la estaba siguiendo - ¿Cassie? – la llamó extrañada.

Y es que en esos momentos, la mirada de Cassandra Quill-Lang estaba enfocada en un lujoso auto negro estacionado frente a su escuela. Sus cejas estaban ligeramente fruncidas y su rostro era una mezcla entre molestia e incomodidad.

-¿Cassie? ¿pasa algo? – Emily retrocedió sobre sus propias pisadas y subió un par de escalones.

-No es nada – respondió sin mirarla, pero al cabo de unos segundos, desvió la mirada de aquel auto y bajó – creo que también buscaré en internet -.

-¿Verdad que es una buena idea? Al menos para nosotras – suspiró al tiempo que ambas retomaban su camino – yo no tengo idea alguna sobre ciencia, física, electricidad y esas cosas -.

Sola - Star-Ant - MarvelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora