Es hora de la verdad

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Desde aquella noche de invierno pasaron 8 meses y con ello había comenzado esa nueva historia entre los dos, arriesgándose a conocernos más personalmente, viendo nuestros hábitos de vida y compartiendo una misma habitación para ambos. Podía decir que era un cuento de hadas, pero estaría mintiendo, ninguno de los dos estaba acostumbrado a estar 24 horas del día en un mismo lugar con el otro y estábamos haciendo lo imposible para seguir juntos.

—Potter, ya deja que Alana duerma.—dije mientras entraba a la habitación de la pequeña.

—Está bien, es hora de dormir.—descubrir a un ser cariñoso y paternal en Harry no era novedad, pero aún así me sorprendía continuamente con el amor que le daba.—Descansa.

Beso su frente y la arropo con las cobijas.

—Ahora es hora de dormir.—sujeto mi cintura y me llevo a la habitación que compartía con él, al abrir la puerta note un pequeño ramo de lirios blancos sobre la cama.

Era un don de él, siempre tratando de impresionar con pequeños detalles continuos y me encantaban.

—Sabes que amo, cuando tratas de impresionar me.—sujete firmemente el cuello del pijama y lo acerque aún más a mí, bese lentamente sus labios.

—Lo sé.—pude sentir como ambas manos sujetaron mi cintura provocando aún más la cercanía, algunos besos fueron a bajar en borde de mentón y cuello.

Comencé a desabrochar cada botón de su camisa, camino lentamente hasta llegar al borde de la cama, dejó caer lentamente mi cuerpo sobre esta. Sujetó firmemente mis caderas, mire su rostro y no pude evitar morder levemente mi labio inferior. Su cabello despeinado y su buen cuerpo me encantaba.

Pero, un ruido nos alarmó.

—Alana.—dije.

—Quedate con ella, yo iré abajo.—tomo su varita y yo la mía. Una sombra apareció en el pasillo, sujete mi varita dispuesta a defender a Alana.

— ¿Qué haces aquí?—la cabellera pelirroja era inconfundible. Ginny Weasley estaba ahí.— ¿Blaise?

Harry subía las escaleras sujetando de un brazo a Blaise.

—Vamos abajo, mi hija necesita descansar.—pude notar que la visita de ambos no le agradaba a Harry.— ¿Qué haces aquí?

—Necesitaba ver a mi hija.—era evidente que Blaise y yo no debíamos involucrarnos en esa pelea.

Harry

Mirar después de tanto tiempo a Ginny solo me hacia recordar los malos momentos.

Ella no es tu hija.—dije firmemente.

—Claro que lo es.

—No, Alana dejó de ser tu hija desde que la abandonaste.—no quería gritar para evitar despertar a Alana.

—La quiero recuperar, aunque tenga que ser por las leyes mágicas.—dijo firmemente. Respire profundamente tratando de calmarme.

—Perderás y lo sabes.

—Creí que podrías ser más justo conmigo, solo quiero a mi hija.—algunas lágrimas comenzaron a caer sobre sus mejillas.

—Di la verdad Ginny.—había olvidado al acompañante de Ginny.

—Blaise, esto no es nuestro problema.—dijo Pansy tratando de llevarse a Blaise de la sala.

Bewitched |Hansy|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora