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Pov. Xiaojun

Suspire por última vez, tratando de descifrar quién me habría dado su chaqueta, sin tener éxito. El intrincado bordado y el diseño indican que fue algún miembro del equipo de soccer, sin embargo, no había nombre o número como en las demás. Nada que pudiera darme otra pista. 

Cogí mi mochila para colgarla en mi hombro, se estaba haciendo tarde. Deje la prenda descartada sobre mi cama, decidiendo que primero averiguaría a quien le hacía falta y después la llevaría para devolverla. Baje las escaleras apresurado, tomando el dinero que mis padres suelen dejar sobre la mesa y salí a la calle, el colegio se encontraba a dos cuadras de mi casa, por lo cual siempre llegaba caminando. 

Camine distraído con los cascos puestos, mis ojos aún ardían después de llorar durante todo el fin de semana, el pecho aún se me estrujaba cuando la idea de ver a Yi después del ridículo que hice de mi mismo al confesarme. Aprete las correas de la mochila, alejando las ideas y pensamientos lamentables a un lado de mi cabeza, no había tiempo para compadecerse. Ya había tenido un fin de semana completo para eso. 

Sonreí a YangYang al verlo parado en la entrada, esperando por mí como de costumbre. Apague la música de mi reproductor, sacandome los auriculares para saludarlo. 

—Hey— dijimos al mismo tiempo, provocando que rieramos por lo sincronizados que solemos ser. Escuchamos el crujir de unos neumáticos contra el pavimento, nos miramos antes de voltear a ver quién sería. 

Un auto negro se había estacionado justo frente a la entrada y un hombre se bajo del lado del piloto y cuando estaba por abrir la puerta, alguien más lo hizo, saliendo del vehículo. 

Escuché un jadeo a mi lado, provocando que volviera la vista y observara a YangYang pasar saliva con dificultad, una mirada de adoración floreciendo en su ojos mientras veía fijamente al recién llegado. Fruncí el ceño, jamás le había visto ponerse así antes, bueno, quizás cuando veíamos las prácticas del equipo de soccer o sus partidos. 

El muchacho de cabellos negros y denso abrigo pasó por nuestro lado. YangYang me dió un golpe en el brazo, provocando que lo fulminara con la mirada. 

—¿Qué te sucede?— gruñí devolviéndole el golpe, y este sólo suspiró sin apartar la mirada del misterioso joven que se introducía a la institución. Sobe la zona donde me había pegado. 

—Nada, sólo veía las cosas preciosas que tiene la vida para ofrecernos— murmuró antes de coger mi mano, echando a correr y arrastrándome con él. Sonreí, siguiendo su paso hasta que llegamos a nuestra clase, justo a tiempo. 

Caminamos a nuestros lugares, la clase estaba hecha un alboroto y todos lucían excitados, quizás algo bueno fuera a suceder hoy. Al llegar a mi mesa noté un pequeño resplandor plateado que llamó mi atención. Cogí el pequeño moño en una de mis manos y con la otra sostuve la pequeña nota que se encontraba con él. 

Sin estar seguro si era para mí, leí la nota con atención. 

Tú sonrisa es dulce como las cerezas con chocolate, come una y compruebalo por ti mismo. 

P.D- Sonríe más a menudo, endulza mis días por favor” 

Fruncí el ceño ¿Quién habrá dejado esto aquí? 

—¿Alguien ha visto quien dejo esto aquí?— pregunté en voz alta, mostrando el chocolate en mi mano y la pequeña nota. Quizás alguien habrá sido capaz de ver quien ha sido. La mayoría se dedicó a sonreír, asintiendo y otros negando. Espere un respuesta de quienes asintieron, y esta llegó con la voz de Yukhei. 

—Un chico de otro curso, ha dicho que alguien la envió para ti—su respuesta no fue lo que esperaba y mucho menos me daba más información, sólo confirmó que esto era para mí. 

—¿No ha dicho quien?— pregunte pero todos negaron, indicando así que no había más información. Estaba por preguntar si sabían que alumno fue el que lo trajo, cuando el profesor ingresó en el aula. Suspiré, ya lo averiguaré más tarde. 

¿Será una broma? 

Treat You Better || XIAODERY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora