PELIGRO CRUZANDO LA CALLE ✧ JIKOOK - 지국 FANFIC

Salida XXXVII -Últimos días-

Jungkook llegó prácticamente muerto del trabajo, los pies le dolían horrores, tenía migraña y casi podía sentir el zumbido de cientos de voces en la cabeza. Azotó la puerta principal, caminó un corto tramo hacia la sala donde se sentó en en el sillón y suspiró aliviado. Por fin el día había acabado, era viernes por la noche no tenía tarea que entregar el día lunes, ni en toda la semana y eso lo hizo pegar un grito de alegría.

Se quitó su mochila de la espalda que contenía el uniforme del trabajo y la tiro en algún lugar de la sala, deshizo los dos primeros botones de su camisa, se quitó el cinturón y se acostó plenamente aullando de felicidad. Llegar a casa después de una agotadora semana y poder recostarte, sin duda alguna eran de los mejores placeres de la vida para cualquier persona.

Se quedó en esa posición varios minutos, pensando en cosas triviales que no hacían de su cabeza un caos como por ejemplo en lo que podría ir comprar mañana temprano para la despensa, o en si podría ir un rato al parque que le quedaba a menos de diez minutos caminando, para inspirarse en algún nuevo concepto para su clase de paisaje, en donde les habían pedido que buscaran lugares simples, sencillos para retratarlos en un par de semanas.

Podría arreglar su habitación que era un verdadero desastre, no la había limpiado en un buen tiempo y por eso la basura, los restos de pintura seca en botes, las hojas tiradas por el suelo hechas bola, ropa sucia esparcida en cada esquina, vasos, platos y cucharas en los muebles se acumularon drásticamente. Se recriminó por dejar que eso sucediera, pero bueno, vivir sin que nadie te recordara que recogieras tu cuarto era hasta cierto punto difícil, más cuando te acostumbraste a escuchar eso por años.

Cerró los ojos, soltó un bostezo, se acomodó mejor y comenzó a quedarse dormido encima del sillón,  sin embargo los ruidos de alguien caminando en tacones le hicieron perder la concentración, aún así, se quedó con los ojos cerrados aguardado a que esa persona se marchara. Desafortunadamente eso no pasó y sólo sintió como en su estomago lanzaban una pesada bolsa.

Molesto abrió los ojos y vio como Solar tenía una enorme sonrisa conteniéndose a no soltar una carcajada, había aventado su bolso de mano en él, y ese dichoso accesorio pesaba horrores, Jungkook no entendía como podía cargarlo a todos lados.

La miró con mala cara antes de tomar el bolso y quitárselo de encima tirándolo en el suelo.

—Perdóname Jungkook, pero te veías tan lindo ahí dormido que no pude evitar molestarte—dijo entre risas.

El menor le sonrió sarcásticamente antes de virar los ojos, levantarse de su lugar para dirigirse a la cónica y prepararse un té. Era eso e ir respirando contando hasta diez para no saltarle encima a la beta de cabellos negros con despampanante sonrisa.

Comenzó a calentar el agua poniendo la tetera sobre la estufa, sacó un sobre con el té de durazno y se subió de un brinco a la mesa, mesiendo suavemente sus piernas mientras aguardaba a que el agua empezara a hervir. Casi de inmediato la beta hizo lo mismo que él subiéndose a la mesa, Jungkook la miró de soslayo notando que estaba cambiada.

—¿Iras a trabajar?—indagó.

Ella suspiró decepcionada, antes de asentir.

—Me llamaron para decirme que YuJin no podrá ir hoy, me pidieron sustituirla y bueno el cumpleaños de mi madre es pronto, necesito el dinero—explicó—. De hecho ya voy tarde, volveré en la madrugada.

—Creo que será la centésima vez que te digo lo mucho que odio tu trabajo, y que lo dejes ya, pero apuesto a que no me escucharás hoy tampoco—dijo molesto. Mirándola como si fuese su madre, con esos ojos de ultimátum que te dejan un mal sabor de boca.