Curiosidad

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Allea y Midari cocinaron la pinza del cangrejo con ayuda del fuego que hizo Kerom. Allea apenas comió lo justo, Midari devoró la mayoría de la pinza.

- Hay que ver como tragas, Midari.

- Hacía tiempo que no probaba un marisco de tan buena calidad, además, todo el mundo sabe la que la comida que caza uno mismo sabe mejor.

- Pero si tú no has hecho nada, cara dura.

- Te repito que os he mirado, goblin.

- ¿Cuál es la diferencia?

- Ninguna realmente, pero te recuerdo que quien necesita entrenar eres tú, no yo.

- Pues dame un entrenamiento de verdad, quiero el poder de un mariscal.

- Pregúntales a tus compañeros, Allea es un mariscal, Lecand tiene la fuerza y resistencia de uno y Kerom es un antiguo simbiótico.

- ¿Antiguo qué?

- Es una rama de los antiguos que se ve obligada a colaborar con otras formas de vida para obtener poder, hay o había muy pocos como yo. La mayoría de los antiguos son fuertes por sí solos.
Aclaró Kerom mientras miraba el fuego con su ojo.

- Bueno, con Midari aquí, Kerom debería ser por lo menos el segundo más fuerte, es verdad.

- De eso quería hablar con ella... Yo puedo invocar demonios y Midari...

- Puedes hacerlo Kerom, no me importa, pero sí que me gustaría hacerte algunas advertencias.

- Tendrá que ser mañana, quiero dormir, así que callaos por favor.
Dijo Allea, antes de taparse y empezar a dormir.

- Oye Allea, ¿me dejas dormir contigo?

- ¿Cómo piensas que voy a dormir contigo?
En ese momento, Allea abrió los ojos y vio a Dolg, con una sonrisa sincera en su rostro, acariciándole la espalda.

- Bueno... Está bien, métete debajo de la manta, pero duerme, no hagas tonterías.

- Vale, vale, solo quería dormir.

Cinco segundos más tarde...

- ¡Dolg, tú no duermes, bribón!
Dijo Lecand sonriendo.

- Pero Allea tiene el sueño profundo y le cuesta poco dormirse.
En ese momento, se escuchó un ronquido que provenía de Allea.

- Prometo no molestarla Midari, me hacía ilusión pasar un rato con ella, aunque esté dormida.

- Tranquilo goblin, haz lo que quieras, no voy a detenerte.

- Bueno chicos, si no os importa, yo voy a meditar un poco y a entrenar un poco. Si no uso mis poderes, acabaré descontrolado o un poco más grande... o las dos cosas.
Dijo Lecand mientras se alejaba al bosque.

- No te excedas mucho Lecand, y ten cuidado.

- Lecand es duro Kerom, antes que perder un combate contra un monstruo de por aquí, lo alargaría hasta que el monstruo se cansara, no temas por él.

- Es un amigo, siempre es bueno preocuparse por los amigos. Él fue el segundo en unirse a mí y me proporcionó un gran poder entonces.

- Y ahora te lo proporciono yo, en mayor medida, ¿verdad?

- Sí.

- ¿Por qué estás realmente con ellos?

- No disfruto demasiado viendo cómo hay especies que se pierden, ciudades que arden, gente que muere...

El último rey goblinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora