Osrug

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- Valak...
Dijo Vigru.

- ¡Vamos!
Exclamó Valak, y se giró hacia Kerom, a punto de usar sus espadas contra él.

Entonces, Kerom, usó su control mental sobre Valak.

- Esto es fantástico...
Dijo Valak, deteniéndose antes de que su espada rozara a Kerom.
Kerom cayó al suelo, inmóvil.

- Proteged mi cuerpo, voy a acabar con estos ilusos.
Dijo Valak, sonriendo y levantando el pulgar con sus dos brazos derechos.

- ¿Kerom?

- Sí Dolg, soy yo. Por cierto, si Vigru me ataca, quiero que lo debilitemos entre todos y que Allea se encargue de controlarlo.

- Entendido, Allea por ahora cuida el cuerpo de Kerom y lanza hechizos a distancia, Lecand y yo vamos a por los otros brujos.

- En ese caso Kerom tiene que convencer a Vigru para atacar juntos a Osrug.
Dijo Lecand.

- ¿Kerom crees que...?

- Sin problema, Dolg, voy a ello.
Interrumpió Kerom desde el cuerpo de Valak.

Kerom empezó a correr hacia Vigru. El demonio negro ya había empezado a atacar a su invocador.
Por su parte, Lecand y Dolg también corrieron hacia sus enemigos y Allea los apoyaba con hechizos desde la distancia, de rodillas ante el cuerpo de Kerom.

- Valak, necesito ayuda por aquí.

- Ahora mismo, compañero.
Kerom se alegró por dentro, viendo que Vigru no se había dado cuenta de su jugada.
Kerom llegó hasta Valak y ambos arremetieron contra Osrug.

- Vosotros... par de ratas traicioneras, os reveláis contra vuestro propio maestro... y encima venís dos contra mí.
Osrug desviaba con magia todos los ataques de Valak y Vigru.

- Sabes Vigru... me has decepcionado con esto...
Dijo Osrug, lanzando una onda de choque que alejó a los dos demonios.

- Y qué vas a hacer, brujo, nosotros somos dos y sólo yo ya te supero en fuerza.
Dijo Vigru mientras caminaba de nuevo hacia Osrug, confiado.

- Ningún brujo se preocupa por lanzar maldiciones a sus propios demonios, sabes...
Entonces, una runa roja apareció dibujada en el pecho de Vigru, y empezó a brillar sin parar.

- ¿¡Qué!?

- ...excepto yo. ¿Qué clase de brujo te imaginas que soy?
Dijo Osrug, mientras la runa brillaba cada vez más.

- Sé lo que sois los demonios, de dónde venís, lo que queréis... Sé más que cualquier libro sobre demonología, y por eso siempre he sido precavido...

- ¡Vigru!
Dijo Valak, lanzándose a por Osrug para evitar lo que iba a hacer.

- ¡Esto no puede estar pasando, ese hombre es un monstruo!
Dijo Vigru, horrizado, mientras la runa emitía tanta luz que su calor empezó a hacerlo sudar.

- ¡Me quema! ¡Quiero quitármela, pero no puedo!
Decía Vigru mientras rascaba su pecho, tratando de quitarse la runa.

- Es un hechizo, rascándote solo vas a hacerte daño... Por cierto Vigru, si en otra vida te reencuentras con los demonios del planeta de mala muerte del que vengáis, confío en que les adviertas de esto... ¡Pacto demoníaco activado!
Entonces, el cuerpo de Vigru empezó a deshacerse, un viento mágico lo llevó hasta Osrug, que lo absorbió por la boca, como si bebiera una enorme cantidad de líquido.

- ¡No, no, noooo..!
Vigru desapareció en la boca de Osrug.
Éste se relamió.

- Este hombre...
Dijo Valak.

El último rey goblinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora