El secreto de los demonios

La primera ronda

Se miraban el uno al otro, pocos segundos habían pasado, ambos se observaban sin saber como empezar. Cansada de no hacer nada, a costa de perder su posición, Soyokaze hizo el primer movimiento.

Shino lo esperaba, era algo que no había cambiado de la joven ante él... no podía verse quieta mucho tiempo seguido.

El ataque, un simple puñetazo, falló. Solo era para probar las aguas. Los Kikaichus de Shino se disgregaron cuando su Mushi Bunshin no Jutsu (jutsu: clon de insectos) se deshizo con el anterior ataque de la kunoichi. El joven se había intercambiado usando un kawarimi y se había escondido de la vista de su contrincante.

Poco después el aún oculto miembro del clan Aburame le ordenó a sus acompañantes demoníacos que se dividieran en dos grupos, uno en torno a él como defensa de posibles ataques de parte de la chica, el otro grupo para drenar el chakra de Soyokaze.

Muchos insectos entorpecían la visión de la chica a la vez que se alimentaban de su energía, no era buena idea el frustrarse... solo lograría perder tiempo. Había que cortar por lo sano, por lo que para alejar al ejercito enemigo la kitsune usó el ataque futōn: kiryū rambu (elemento viento: danza de la corriente de aire).

El viento alrededor de la joven manejado por el chakra de la misma, esparció a casi todos los insectos lejos de ella. A la vez que revelo por buena suerte el escondite del otro Shinobi entre las ramas de un árbol que estaba en campo de batalla.

Shino le ordenó a los Kikaichus los cuales seguían a su lado que se preparasen. Los pocos bichos que aún rondaban cerca de Soyokaze se habían aferrado a ella y estaban drenando parte de su chakra. Sus bichos no eran lo bastante numerosos como para hacer una notable diferencia en corto plazo, motivo por el cual debía lograr que ella quisiera tomarse el combate con calma aún si en ese momento lo veía imposible.

La joven inició un intento de combate a corto rango, a la vez que su actual contrincante hacía todo lo posible por evitarlo ya que conocía la fuerza y lo imprevisible que era la mestiza.

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Miraba desde las gradas, le asombraba... ella no hubiera durado tanto. El combate era bastante anticlimático, al principio parecía que iba a ser un combate con al menos una potencia que solo luchase tal y como les gustaba a aquellos que no entendían la sutileza obligatoria y necesaria que los Chunin tenían que tener para liderar a un escuadrón. Soyokaze mostraba fuerza, sí... pero también lo compensaba con una gran inventiva que estaba mostrándoles a todos los miembros del consejo junto al Hokage... no creía que ella fuese ascendida ahora, o claro que no; los consejeros no lo permitirían. Shino por otro lado tenía todas las papeletas para ser nombrado Chunin, ambos combatientes tenían las habilidades necesarias pero solo se tendría en cuenta al chico por culpa del estúpido consejo.

Sakura dio un suspiro ya que desde que había abierto los ojos; en parte durante la prueba del bosque de la muerte, por otro lado gracias al entrenamiento a manos de Soyokaze y del sanin Jiraiya; desde ese entonces, pudo ver como desde las sombras los consejeros hacían todo lo posible para que los habitantes del pueblo odiasen a su amiga.

Para los altos mando la propia Sakura no era nada, por eso no se dieron cuenta del momento en el que ella empezó a investigar. Je, menos mal que su estúpido comportamiento de fangirl ahora le venia bien para ayudar a Soyokaze; ya que gracias a eso logró encontrar unos documentos sobre el pasado que tenían que haber sido dados a los alumnos de la academia, la antigua alianza entre la desaparecida Uzugakure no Sato (aldea oculta entre los remolinos) y Konoha. Uzu (remolio) fue creada por el clan de los Uzumaki, casi todos los shinobis y kunoichis de esa aldea formaban parte del clan, el mismo difunto daimyõ de Uzu era un Uzumaki, después de todo el líder del clan Uzumaki era a la vez el daimyõ de Uzu. Si Sakura mostrase ahora toda esa información sobre el clan al que su amiga pertenecía, los tres miembros del consejo podrían ser sentenciados a muerte por dañar a la princesa heredera del país de Uzu que además era también la heredera, y futura líder en cuanto cumpliese la mayoría de edad, del clan Uzumaki. Después de todo; la difunta Kushina era la madre biológica de Soyokaze y a la vez esa mujer era la descendiente directa del antiguo daimyõ. Pero por desgracia ese desenlace en ese momento no era muy probable que ocurriese ya que los consejeros tenían demasiado control sobre muchos altos mandos.