Examen de ascenso, segunda prueba

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Hola, perdón por haber tardado tanto con mis tres historias. Pero entre que no tenía inspiración y que cada vez que me obligaba a escribir algo no me gustaba lo que salía y no lograba que surgiese nada que me agradase lo bastante para publicarlo. Por eso he tardado tanto. Por cierto, muchas gracias a todos los que estáis hay leyendo seáis quien seáis... el simple hecho de recibir vuestros votos y/o comentarios (aunque estos últimos los recibo en menor medida) me alegran mucho al saber que mis creaciones le gusta aunque sea a una persona.

En cuanto el primer examinador terminó de decir que el grupo de sesenta aspirantes había pasado, una mujer joven entró en escena a través de la ventana.

Esa mujer se presentó a si misma como Mitarashi Anko, la ropa que ella llevaba era un abrigo marrón con costuras púrpuras, un traje de malla de cuerpo ajustado que se extendía desde el cuello hasta los muslos, una minifalda naranja oscuro con una correa azul, tenía también unas espinilleras y el hitae-tae típico que usaban casi todos los shinobis y kunoichis. Los ojos de Anko con párpados dobles eran Castaños y con la pupila rasgada, junto a su cabello que era de color morado. Todo eso sumado a que portaba un colgante hecho con el colmillo de algún animal. Y lo más probable es que el colmillo fuese suyo propio ya que ella era una hebi (serpiente) hanyô.

Soyokaze la miró, era increíble. A ella le gustaría que esa jonin le enseñase algunas cosas, ya que era impresionante el como había entrado por la ventana, lo imponente que se veía y la seguridad que mostraba.

- ¡BIEN GUSANOS! ESCUCHAD ATENTAMENTE. EN QUINCE MINUTOS EL EL CAMPO DE ENTRENAMIENTO CUARENTA Y CUATRO. SI NO SABÉIS LLEGAR O LLEGÁIS TARDE TODO VUESTRO EQUIPO QUEDARÁ EXPULSADO DEL EXAMEN AL MOMENTO.

Esas fueron las indicaciones de Anko antes de desaparecer en una explosión de humo.

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- Je, el tiempo justo si sabes dónde es. Si te retrasas un mísero segundo llegas tarde.

Kiba, Hinata, Shikamaru y Soyokaze estaban en la entradas principal al campo de entrenamiento cuarenta y cuatro de entre todas las que tenía, también conocido como el bosque de la muerte.

La kitsune observó de reojo a su amigo perro hasta que este término de hablar; al segundo siguiente observó a sus dos compañeros de equipo de los cuales el chico tenía cara de estar en el mismo infierno al tener el ceño fruncido junto a sus vacíos ojos de cualquier sentimiento y una mueca de desagrado en la boca mientras estaba alejados de todos; y la chica estaba cerca del pequeño grupo de amigos pero la pobre parecía una muerta en vida, ya que de nuevo y sin excepciones Sasuke la había vuelto a despreciar como si ella fuera parte de la calle y no valiese nada.

El pequeño grupo de cuatro amigos se separó con tres de ellos volviendo con sus equipos los cuales estaban lo suficiente cerca para no sentirse excluidos pero lo bastante lejos como para no incomodar en la conversación entre los cuatro jóvenes.

La persona faltante para ir con su propio equipo vio como su compañera Sakura estaba empezando a soltar pequeñas lágrimas, Soyokaze preocupada por la otra muchacha se acercó a ella con cuidado intentando no alterarla más. Puede que la rubia pensase que la banshee no mostraba su autenticó potencial por obsesionarse con su compañero de equipo, pero aún así Soyokaze quería que la otra chica mejorara para que de esa manera no le llegase a pasar nada malo en misiones más difíciles. Después de todo ambas eran compañeras de equipo, por ello la kitsune quería ayudar a la otra joven cumpliendo parte del nindo (camino) que Kakashi nii seguía y le había enseñado desde pequeña... No por nada su hermano siempre decía que quien rompe las reglas es basura pero quien abandona a un compañero es peor que la basura. Soyokaze jamás abandonaría a nadie si estaba en sus manos el hacerlo, y de esa manera también lograría que Sakura se valorase mucho más a si misma.

El secreto de los demoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora