Arenas movedizas

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Perdón por haber tardado tanto en publicar un nuevo capítulo, mis ideas e imaginación se iban a algunos borradores que tengo en vez de a las historias que ya he publicado. Espero con todo mi corazón que os guste este nuevo capítulo.

El regreso a la aldea fue tranquilo y sin sobresaltos. La sorpresa se la llevaron cuando ya habían pasado algunos días. Ya que por la tarde esperando, dado que como siempre se había retrasado unas dos horas, a su maestro en un puente de la aldea Kakashi apareció mencionando que los había suscrito al examen de ascenso a chunin. Ninguno de ellos se esperaba esa acción de parte de su sensei. La reacción fue unánime y a la vez lo expresaron cada uno a su manera.

La kitsune saltaba sin parar aferrada a su nii san mientras canturreaba en voz baja y sin molestar a nadie "si, si, por fin, voy a conseguirlo si".

El õkami gruñó su típico "hmp" con una semi sonrisa de superioridad en sus labios la cual duro solo unos segundos antes de volver a poner una expresión estoica en su rostro. También después de recomponer su control emocional pudo ver a Soyokaze abrazando al sensei y llego a escuchar lo que ella canturreaba, produciéndole un malestar que no comprendía en la boca del estómago. Apartó la mirada de la emotiva escena en frente suya y frunció el ceño, el cual ocultó detrás de su flequillo. Por suerte, ya sea mala o buena, para él solo Sakura se dió cuenta de sus últimos movimientos.

La banshee de rosados cabellos estuvo a punto de chillar de emoción cuando el sensei dijo lo del examen de ascenso. Después, se dió cuenta que ella no tenía lo necesario para ascender porque fue la que menos actuó durante la misión del país de las olas. Algo de miedo entro en ella y se volvió hacia su amado compañero de equipo, para intentar que él la animara, pero lo único que logró fue ver que el õkami miraba con algo parecido a la furia o a la tristeza al lugar en donde Uzumaki abrazaba al sensei. Un sentimiento de desazón se alojó en el interior de la banshee, por suerte, no sabía si buena o mala, no era tan extraño y asquerosamente atrayente como la sensación de muerte que tuvo durante la misión en el país de las olas ya que para ella por su raza demoníaca era normal tener esa sensación, días después de que sintiera esa emoción por primera vez, murieron sus dos enemigos (en esa ocasión le entraron ganas de gritar en contra de su voluntad, pero se contuvo ya que Sasuke se había quejado de sus gritos, y después de eso se puso enferma por no dar dos gritos de aviso por esas muertes). Ahora la sensación que sentía era como una patada o un puñetazo en la boca del estómago, la bilis se le subía a la garganta y tenía ganas de llorar y solo por ver como su amado Sasuke miraba a Soyokaze.

Esa tarde Kakashi se la dio libre a los tres genin. Por ello Sakura aprovecho para intentar que Sasuke la invitara a una cita, y lo único que logró fue que él la mirase mal.

Soyokaze caminaba con tranquilidad por la calle, durante su día libre cuando se encontró con Sarutobi Konohamaru, un chico de cortos cabellos castaños y rasgados ojos de color negro, en ese entonces usaba un casco que dejaba ver su pelo por un agujero que tenía en la parte de arriba, ese casco había sido cambiado por las gafas que Soyokaze usara cuando estaba disfrazada de chico, también usaba una camiseta amarilla con el símbolo de la aldea, unos pantalones grises con parches en las rodillas y una bufanda azul; lo acompañaban otros dos chicos que la kitsune no conocía, un niño y una niña.

A Konohamaru lo conoció el día que se inscribió en el registro nínja. El chico tenía nueve años y era el nieto del Hokage. El pequeño niño, humano, apareció atacando a su abuelo; Konohamaru se tropezó y acusó a Soyokaze de ponerle la zancadilla ganándose un golpe de parte de ella por mentiroso. Dicha acción, tratarlo como a un niño común, provocó que el chico considerara a la genin como a una hermana y un ejemplo a seguir por lo que siempre que ambos podían intentaba pasar un rato con ella. Los otros dos chicos eran, según le contó Konohamaru, los amigos de la academia del más joven de los Sarutobi, por ello Konohamaru les presentó su figura de nee san (hermana dicho de una manera entre formal y cariñosa) a sus amigos y a la vez para que Soyokaze conociera a los chicos.

El secreto de los demoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora