ONE-SHOTS Supernatural

7. CHARLIE BRADBURY

Título: Una sorpresa impresa                     en papel
Palabras: 1.517
Advertencia: NOP

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—Nena, ¿Me puedo quitar la venda ya?— pregunto ya que mi amadísima novia, Charlie, me ha vendado los ojos y traído a Dios sabe dónde.

Además de que es difícil de saberlo intentando adivinar ya que no se oye nada más que nuestros pasos, lo único es que huele a antiguo cosa que no me desagrada.

—Cariño, es tu cumpleaños lo que significa que esto es una sorpresa.— me contesta mientras me guía y aunque no pueda verla seguro que está sonriendo.

—¿Eso es un no?— vuelvo a preguntar.

—Exacto. Y cuidado que ahora hay una escalera.— me advierte y le sujeto más fuerte la mano derecha mientras subo un poco más mi pie derecho en busca de un escalón, pero no hay ninguno —Auch. Estás escaleras bajan, Sherlock.

—¡Bajan! ¡¿Cómo que bajan?!— exclamó fingiendo estar asustada —¡¿A dónde me llevas mujer?!

—A un lugar que te va encantar, ya verás.— la oigo decir y entonces siento que suelta mi mano y da unos pasos supongo que bajando algunos escalones —Ttanquila sigo aquí, así será más fácil bajar.

Así empezamos a bajar estás extrañas, e interminables, escaleras. Charlie delante y agarrando mis dos manos para guiarme y yo, con lo patosa que tierno a ser, temiendo dar un paso en falso y caer sobre ella.

—Solo queda un escalón.— me avisa al cabo de un rato, y al bajarlo se coloca detrás de mí sujetándome por las caderas para seguir guiándome.

—Al fin se han acabado las jodidas escaleras.— digo aliviada, y es que bajar escaleras teniendo los ojos vendados es jodidamente complicado.

—Pues se viene otro escalón, mi querida Indiana.— me dice burlona mi querida Ginny.

—Ginevra haz el favor de no burlarte de tu pobre novia en su cumpleaños.— digo bromeando.

—Lo siento, Potter. Pero en mi defensa diré que es muy divertido molestarte.— cuando acaba de hablar me detengo para girarme un poco a dónde creo que está Charlie y hago morritos como pidiendo un beso —Ahora pareces un cerdito.

Oigo la melodiosa risa de Charlie después de que ella diga ese comentario y segundos después siento sus cálidos labios sobre los míos en un adorable beso, y es que sus besos suelen ser así: tiernos, adorables, y amorosos. Y me encanta.
Al separarnos sonrío involuntariamente y me vuelvo a girar para seguir caminando.

—Vaya, mira aquí está el otro escalón.— digo al patear el escalón del que me había advertido Charlie —Hola y adiós Señor Escalón.

Vuelvo a oír a Charlie reir, mi sonido favorito sin duda alguna: su risa. Amo hacerla reír.

—¿Ahora saludas a los escalones?— me pregunta divertida mientras seguimos nuestro camino.

—Cariño, tu mejor que nadie sabes que soy una persona muy educada. Y eso implica saludar a los escalones.— le explico sacudiendo mi mano derecha en el aire para darle énfasis a la explicación.

—Bueno, Señorita Educada, unos pasos más y te podrás quitar la venda.— me informa y yo aplaudo emocionada porque ya casi veré a dónde me ha traído Charlie.

—¡Al fin! ¿Sabes? Creo que después de esta sorpresa te pondré a ti la venda.— digo señalandola con el pulgar.

—¿A mí?— pregunta creo que haciéndose la inocente —¿Para qué?