16. 💭CASTIEL PT.3💭

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Sería niña. Ya lo sabiais. Siempre quisiste una niña, y ahora la tendrías.

Los chicos y Castiel te cuidaban con su vida (si hacía falta), y te prohibieron un sin fin de cosas: des de ir de caza hasta cargar bolsas de supermercado.
Por eso hubo momentos en los que te llegabas a sentir inútil pero entonces empezaste un gran proyecto: el cuarto de la bebé y sus accesorios.

No fue nada fácil, la verdad se ha dicha. Y menos aún con todos tus nervios y sentimientos a flor de piel, lo que quiere decir que Dean, Sam y Jack recibieron parte de tus gritos de exasperación cargados de furia. Te conocían y conocían bien tu carácter, pero... Digamos que el estar embarazada lo empeoraba un poco.
Sin embargo no importaba ya que Cas siempre estaba allí. Él con su voz, sus abrazos y sus besos te tranquilizaba. Como dicen; para ti era tu salvación. La paz que llegaba después de tu tempestad. Velaba por tí día y noche, sin descanso, asegurándose de que no te faltara de nada.

Ni a ti ni a Robbie.

Sí, después de un montón de quejas, reclamaciones y peleas por parte de los Winchester os decidisteis por ese nombre.
Os costó bastante encontrar un nombre que os gustara a los dos (exactamente 6 meses y medio) ya que no os poniais de acuerdo.
Y las discusiones entre Dean (diciendo que debería llamarse Deanna), Sam (quien opinaba que Samantha era mejor), Jack (que dijo que Jaqueline era muy bonito) e incluso Mary (y su obsesión por el nombre de Mary-Anne) no hacían nada fácil esa importante decisión.

Claramente en esos momentos entendiste que esa cabezonería típica de Sam y Dean venía de familia, si es que solo había que verlos.

Sin embargo ninguno de esos nombres te gustaron en nada y aunque a Cas le pareciera bonito «Mary-Anne» jamás permitirías que tu hija, la luz de tus ojos, se llamara así.
La luz de tus ojos.
Así surgió tu primera idea, a partir de una expresión la cual considerabas perfecta para explicar tu amor por esa bebé en tu interior.
«Estela» pensaste, pero entonces fue a Cas a quien no le agradó. Él argumentaba que creía que se le quedaba corto y que su hija merecía un nombre mejor.

Pero la idea del nombre Robbie, el verdadero momento fue el día del aniversario dela muerte de Bobby. Tú ya estabas en el 6 mes pero igualmente fuiste a Dakota del Sur junto a todos los demás para recordar a Bobby y hacer un pequeño homenaje donde lo incinerasteis. Fue muy emotivo y de esa emoción nació la genial idea de llamarla como a Bobby. Claro que Roberta no te convenció, «Muy formal» pensaste, aunque había otro inconveniente: ese nombre tiene demasiados diminutivos para tu gusto. Y no es que sea del todo malo sino que cualquiera la llamaría por cualquier nombre y eso no te hacia ninguna gracia.
Aun con todo eso se lo dijiste a Cas nada más llegar al búnker, dos días después del homenaje.

—Cas, cariño. Eo, amor.— dijiste intentando desviar su atención del libro que leía: «Indicaciomes para padres primerizos» al leer el título sonreíste enternecida por lo atento que estaba con su lectura y su responsabilidad de padre —Creo que tengo el nombre para la bebé.

Esas palabras consiguieron que el ángel levantara rápidamente la vista hacia a ti, te sonrió y colocando el punto y cerrando el libro te dijo:

—¿Cuál?

Tú te sentaste en la cama de vuestra habitación y sonriéndole de vuelta continuaste.

—No sé si te gustará... A mí me pareció bien, ¿sabes? Se me ocurrió en el homenaje a Bobby, a él le hubiera encantado conecer a su nieta...— empezaste a divagar y a pensar en todas las veces que Cas y tú habéis tenido "mini-discusiones" pero Cas se acercó rápidamente a ti se sentó a tu lado y te agarró ambas manos para después darte un tierno beso en la frente.

—Simplemente dilo, cariño, ¿como dices tú? Ah, sí, no marees la paloma.— te dice casi en susurro.

Al oír la expresión que Cas utiliza no puedes evitar reírte y más aún al ver su expresión confundida entonces te decides a corregir ese pequeño error.

—Cas, es la perdiz; no marees la perdiz.— él hace un leve asentimiento y tú continuas retomando el tema del nombre de la bebé —El nombre que he pensado es: Robbie. No sé, creo que ese nombre y lo que representa pues son cosas importantes.

—Hmm, Robbie. Suena bien. Y a Bobby le encantaría.— afirma Cas poniendo un mechón de tu pelo tras tu oreja.

—Lo sé.

—Aunque....— empieza a decir el ángel de nuevo y ahora la confundida eres tú —Yo también había pensado un nombre.

—¿No será Mary-Anne? Porque si es Mar...— dices a la defensiva no estando dispuesta a dejar que tu hija lleve el nombre de una burguesa francesa, sin embargo Cas te calla poniendo un dedo sobre tus labios dándote a entender  que quiere que guardes silencio.

—Había pensado en T/N. ¿Te acuerdas que cuando nos conocimos te dije que era un nombre bonito? Pues lo sigo manteniendo.— esas palabras te dejan inmersa en ese preciso momento y en todos los que siguieron y sin siquiera pensarlo besas a Cas apasionadamente.

Cuando os separasteis por la falta de aire viste en la mirada de Cas lo que solo viste cuando le dijiste que estabas embarazada; esa mezcla de alegría y felicidad incontenible pero con una pincelada de melancolía que te partía el alma.
Acariciaste suavemente el rostro del pelinegro y lo observaste con todo el amor del mundo como continuaba hablando a la vez que aguantaba las lágrimas.

—Creo que T/N también tiene un gran significado ¿no? Al menos para mí tiene muchísimo significado.— la tarea de aguantar sus lágrimas había fallado y se podía ver como algunas descendían por sus mejillas lentamente.

Te quedaban dos meses, eso sí la bebé no decidía venir antes, para dar a luz. Tu miedo de no verla crecer y de dejar a Cas aumentaba con el paso del tiempo. ¿Cómo que dejasteis el nombre para el final? Pues sencillamente porque queríais disfrutar él uno del otro todo lo que pudieseis sin ninguna preocupación más que ser felices.

Cas, con cuidado de no lastimarte, te abrazó. Te estrechó entre sus brazos como si así pidiera impedir algo, tú también te aferraste a él.

Castiel ya amaba a esa niña, a su hija. Pero no soportaba la idea de que para conocer a la pequeña tuviera que perder a su mujer. Bueno, más que no soportar esa realidad la detestaba. Detestaba tener que renunciar al amor de su vida. Sin embargo sabía perfectamente que no te daba miedo morir y que eso acabaría pasando tarde o temprano.

Seguisteis así unos minutos más y cuando os separasteis un poco para conectar vuestras miradas os dijisteis todo sin que hiciera falta decir algo.
Entonces miraste a tu muy abultado vientre y musmuraste:

—Robbie T/N Alcántara, la luz de nuestros ojos.

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Bueeeeno gente, aquí tienen la tercera parte. Sí ya, la nena aún no nace pero es que hacer una cuarta parte puf....

Molta feina es això, nano. (Catalán)
Eso es mucho trabajo, chico. (Castellano)

Bien, como siempre espero que les haya gustado y que tengan una lindas vacaciones.

Gracias por leer ❤️

~MSE

ONE-SHOTS SupernaturalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora