•30•

804 41 26
                                    

Halo~ 💙💜 Bye~ 💜💙

Pov 2D:

Miraba cómo dormía plácidamente entre mis brazos. Su cuerpo emanaba un calor increíble y una fragancia que me embriagaba. ¿Cómo puedes ser tan adictiva, Noodle?
Aparté unos cabellos de su flequillo hacia los lados y besé con ternura su frente; me alejé de ella con cuidado para no despertarla, me senté sobre la cama para suspirar, me puse mis bóxers y mis pantalones, tomé un cigarrillo, lo encendí y le di una rápida calada.

Solté el humo viendo como desaparecía entre el aire.
Me giré viendo el cuerpo desnudo de Noodle, notando las marcas que dejé sobre ella, me levanté de la cama y me dirigí hacia el armario. No tenía mucha ropa así que haría una maleta pequeña más tarde.
Llevé mi mano hacia el fondo, saqué el regalo que le tenía a Noodle y lo coloqué a su lado junto con una nota. Dejé el cigarrillo sobre un posador, me puse una sudadera, tomé dicho palito con nicotina para posicionarlo entre mis labios, arropé a Noodle y fui hacia la puerta.

― Toochi...

Me di la vuelta, asustado, pero seguía durmiendo; suspiré aliviado, abrí la puerta de mi habitación y salí de esta. Cerré con sigilo y no tardé mucho en bajar las escaleras.
Abajo se encontraba Russ regañando a Murdoc por seguir con esa adolescente, sin parar de tener sexo.

― ¡Dents! ―exclamó Russel― ¿Ya has terminado con Noodle?

Me sonrojé levemente― Perdón... s-sentía que debía hacerlo... ―llevé una de mis manos hacia mi nuca, avergonzado.

Murdoc se rió sonoramente― ¡Joder, Face-ache! ¿Qué harás en tu pueblucho después de volver a probar el éxtasis? ¿De probar el buen sexo?

― Esta vez... no fue eso ―contesté rojo hasta las orejas― Ambos pusimos nuestro amor en el acto... porque sabíamos que no lo haríamos en un rato largo.

Murdoc puso cara de asco y me miró confuso, como si nunca hubiera escuchado de hacer el amor.

― ¿Habéis hecho eso y no sexo? ¡Puaj! De verdad que no entiendo a la gente.

Russel se cruzó de brazos― Al menos al hacer el amor no acabas en la cama con UNA MENOR ―gritó esas últimas palabras.

Murdoc rodó los ojos― Vamos gordo, es que hace unos movimientos que me vuelven jodidamente loco~ ―lamió el rostro de la chica.

― ¿Y qué harás cuándo se quede embarazada? ¿O cuándo sus padres se enteren? ―se notaba el enojo en Russel― ¡Ya lleva como dos noches sin volver a su casa, ¿no?!

La chica miró avergonzada al suelo, tal parecía que no había pensado en esas cosas al cien por ciento.
Abrazó a Murdoc consiguiendo su típico rechazo y suspiró.

― Yo ―habló la adolescente― Amo a Murdoc y haría lo que fuera por estar con él... ―miró a Russel― ¡No me importan mis padres! Al fin y al cabo, me perdonan todo y me dan todo lo que quiero.

Me senté en un sillón junto al sofá donde se encontraban Murdoc y la niña. Russel se sentó a su frente, cansado de estar de pie y de intentar traer algo de sentido común ante lo que decían esos dos.

― Mira pequeña... aún no has experimentado lo suficiente en la vida como para engancharte a ese viejo de ahí ―suspiró― Además... él no se hará cargo de nada que te suceda.

La chica, ¿cómo se llamaba?, miró a Murdoc con tristeza.

― ¿Nada de nada?

Murdoc desvió su mirada― Pensé que no te importaba nada, nena... ―sonrió maliciosamente― Debo tener bastantes hijos por ahí pero no quiero nada de ellos así como ellos no quieren nada de mí. Cada quién por su lado feliz.

AnonymousDonde viven las historias. Descúbrelo ahora