•13•

847 51 62
                                    

Halo~ 💙💜 Bye~ 💜💙

Pov 2D:

Se suponía que hoy volvía Noodle de la Patagonia. Va a volver de ese largo viaje y con una respuesta a mis sentimientos.
Un escalofrío recorrió mi espina dorsal, tan repentino que hizo temblar cada parte de mi cuerpo y miré al reloj roto que había en la pared de la cocina; roto gracias a los ataques de Murdoc contra mí y mi tartamudeo. Faltaban unas horas hasta que llegara... unas horas largas.
Me senté en el sofá frente a la televisión en busca de algo que hiciera esas horas más amenas, pero a estas horas Russel tenía quitada la antena de la televisión y sólo se podía ver un canal...

― Canal de la nieve ―susurré quedando hechizado por los puntos que aparecían en la pantalla y el pitido de fondo que tenía.

El canal de la nieve me recordaba a todas las veces que Noodle se quedaba en mi habitación, ya fuera estudiando, componiendo canciones, comiendo o durmiendo conmigo... siempre fue dulce y siempre quiso estar junto a mí para, según ella, protegerme del viejo podrido que nunca me dejará tranquilo.
Me sonreía con honestidad tras decir esas palabras, mostrándome que nuestra relación era, es y debería seguir siendo de amistad... fraternidad... nada más allá de lo permitido y lo deseado. Nada más.

Pestañeé saliendo del trance en el que me encontraba y apagué la televisión. Suspiré pesadamente, preparándome para la dura respuesta que me dará la japonesa que me robó el corazón sin darme cuenta, y subí a mi habitación con la lentitud de un zombie secado por el calor.
Al encerrarme en mi zona segura, tomé la guitarra que me regaló esa nipona por mi cumpleaños y empecé a tocar unos acordes sueltos. Acordes que no hacían más que sonarme a tristeza pura. Algo hizo click en mi cabeza y tras tomar mi cuaderno de canciones, empecé a crear música; apuntaba cada acorde que concordara con mi meta y me dejé llevar tanto por la música que acabé creando una nueva canción haciendo uso de otros instrumentos más.

Tocaron a la puerta.

― ¡¿S-Sí?! ―pregunté alarmado.

― D ―habló Russ por el otro lado― ¿Estás bien? Llevas ahí adentro un rato largo.

Suspiré calmando mis nervios― ¡T-Tranquilo! E-Estoy bien... sólo... ―miré mi composición― ... dejaba mis emociones fluir...

― Oh... está bien... ―se quedó un momento callado― En nada Noods está aquí... vine a avisarte, nada más.

Miré a la puerta, con la boca abierta; ningún sonido salía de entre mis cuerdas vocales por lo que Russel se fue de ahí.
No pensé que fuera a venir tan rápido y no pensé que se me fuera a ir tan deprisa el tiempo creando una estúpida canción sobre cómo me siento. Puse cada instrumento en su sitio y el timbre de casa sonó, seguido de la puerta chirriante abriéndose y un grito reconocible a kilómetros.

― ¡Gente! ―gritó Murdoc― ¡Estoy de vuelta, estúpidos!

Abrí la puerta de mi habitación y vi a Ace yendo con rapidez a la entrada. Bajé unos segundos después sólo para ver a Murdoc y a Noodle hablando con Russ y Ace como si nada... ¡Sobre todo Murdoc! ¿Cómo era que había llegado a la Patagonia donde se encontraba Noodle?
Fruncí el ceño, no me fiaba de ese verdoso que tanto me pegaba.

Éste me miró y sonrió― ¡Face-ache! ¡Cuánto tiempo, imbécil!

― Murdoc ―miró Noodle al bajista.

Murdz suspiró y sonrió forzadamente― H-Heeey...

Todos se rieron menos yo; Murdoc notó eso y se cruzó de brazos, mostrando su típica mirada tétrica de enfado.

AnonymousDonde viven las historias. Descúbrelo ahora