Linda || Argper

One

(...)

Música alta, alcohol, gente descontrolada y todo esto no afectaba a dos personas. Parecía que estaban en otro mundo, como si un ambiente completamente diferente los rodeara.
Se trataba de dos jóvenes, el más alto llamado Argentina y quien se acercaba al más pequeño, Perú.

—¿Que tal va la noche, linda?—Preguntó el celestino con aires de ligue. Perú se confundió, y lo miró a los ojos algo sonrojado.

—Uhm... ¿A-a mi?—Perú se enrojeció al ver como el otro asentía.—Bien, bien. ¿Y a usted?—El de celeste se sorprendió. ¿Que hacía una "chica" tan educada en un lugar como este? Ni Perú lo sabía.

—Con ganas de saber que hace una chica tan bonita y educada en un lugar como éste~—Respondió, algo confiado. Perú supo que definitivamente estaba confundido, pero, ¿Como decirle?

—U-uh, claro, chica...—Murmuró algo avergonzado, y algo inseguro de su apariencia.—Mi nombre es Perú...

—Un gusto. El mío es Argentina—Habló observando al joven una vez más, y le pareció raro que estando en un lugar como este se vista con un simple poncho, un gorro que lo hacía ver sumamente adorable y un pantalón ajustado negro, pero lo pasó por alto.

—Argentina... Que lindo nombre—Habló sonriente, y sintió una mano tomar la suya para alejarlo de todo el bullicio y poder hablar mejor. Ahora al argentino no solo le llamaba la atención su marcado físico, sino que él tambien. Algo no le encajaba. Una persona tan linda y educada debería estar en un lugar más apto, o en todo caso, eso creía.
El argento llevó al peruano afuera, y se sentó en una banca con el, apreciando cada rasgo del más bajito.

—Dime, ¿Que haces por aca?—El argentino preguntó curioso.

—Bueno... Solo vine por aburrimiento. Lo cierto es que no tomo alcohol, y pues, me aburría un poco aquí.—Habló con cierta pena y una pequeña sonrisa.

—Ya entiendo.—Comentó algo extrañado.—Che, me encanta como hablas.—Argentina hablaba sobre su acento, algo neutro pero aún asi reconocible. Y además su voz, esa dulce voz que no era muy aguda ni muy grave, pero seguía siendo hermosa a su parecer.

—¿De verdad?—Habló algo emocionado—A mi también me gusta tu acento, es muy facil de adivinar y eso que recien te conozco—Su opinión fue acompañada por una risita, y un leve sonrojo por parte del mayor.
Los jovenes continuaron hablando divertidos, a veces sobre temas comunes, tales para conocerse más, o quizas anécdotas graciosas, incluso sobre temas más raros como jardinería o ropa. Pero cada tanto, el celestino lo llamaba linda, incomodando a Perú por un tiempo hasta que se olvidara de eso.

(...)

Finalmente se despidieron, algo obligados por la hora, Argentina le dió un beso en la mejilla y Perú simplemente le sonrió.
El de colores rojo y blanco se marchó con un pequeño sonrojo. Pensó todo el camino en el argentino y los apodos que le brindaba, tales como "Bella" o "Linda". Pocas veces había dicho su nombre, al contrario que el quien le decía "Argentina".

¿De verdad se veía como una chica?

Llegó a su hogar, y entró sigilosamente. No tuvo éxito alguno al ver a su hermano de pie frente a el, con mueca de disgusto.

—Hola pe'.—Se sintió algo Nervioso por la mirada de Bolivia.

—¿Por que tan tarde?—Preguntó, yendo directamente al grano.

—Ah, eso.—Perú rió nervioso—Solo estaba... Me quedé dormido.

—En donde.

—En la casa de... C-chile?

—¡Mientes!

—Ya huevon, ¿como sabes eso?—Perú fruncio el ceño.

—Chile estaba aqui hace un rato.

—¡Ay Chile! Muaa, muaa, dame mar—Se burló el peruano haciendo sonrojar al otro.

—¡Ya, no me cambies de tema!

—¡Bueno, estaba en un boliche! ¡Y que!—Perú lo enfrentó algo apenado.

—No cojiste con nadie, ¿cierto?—Bolivia lo miró expectante.

—¡C-claro que no, cojudo!—El peruano se tapó la cara, la cual parecía un tomate.

—Bien...—Bolivia sonrió, y se sentó en un sillón cerca de su hermano.

—Mh... Oye, Bolivia—Habló algo inseguro, recibiendo un pequeño "que" como respuesta.— ¿P-parezco una chica?—Bolivia se sorprendió. No sabía que responderle, y lo observó de pies a cabeza. Si le decía que si, ¿que iba a pensar?

—Nah, más o menos...—Bolivia desvió la mirada, oyendo un suspiro y pasos algo rapidos del peruano quien se marchó.

(...)