Linda || Argper

Ten

Antes de que empiece el capítulo

¿Opinan que el pAJErO de Argentina sabe algo?

Ah, y LemX_n, nunca dije que el día que Perú dejaría de sufrir sería exactamente este JAJAJ
perdonteamo;(

(...)

Buenos días—El peruano suspiró, aceptando que quizás... El argentino debía darse cuenta solo...

—Ahg... Mi cabeza la puta madre.—Argentina hundió su cabeza en la almohada y cerró los ojos. Estaba mareado.

—Oh... Argie.—El otro solo se olvidó de todo lo que Había pasado ayer, era lo mejor.—¿Te traigo agua?

—Si, Perú. Gracias.—el argentino se levantó un momento para sonreirle al otro. De inmediato volvió a acostarse, esta vez boca arriba.

—Ya vuelvo cariño.—Dijo con una sonrisita. Era una de las primeras veces que lo apodaba tan tiernamente

—Gracias...—El otro suspiró. No pasó mucho tiempo para que Perú ya estuviera ahí con un vasito de agua. El argentino solo se sentó y tomó agua, para luego dejar el vaso en una mesita de luz.

—¿Quieres algo más?—Perú se enfocó en el malestar de argentina... Nada de pensar en lo que sucedió ayer...

—...—El otro asintió, para luego señalar al peruano con una sonrisa.

—oh.—Perú sonrió, acostando al otro y abrazándolo despues. A veces se preguntaba como ese chico lograba que volviera a su hogar lo más tarde posible.
Quizás este era su merecido descanso de pensar en tantas cosas. Esta era la hora en la que disfrutaría de mimar a Argentina sin importar si su autoestima estuviera dos metros bajo tierra. Se sentía bien estar ahí con el, en la cama, sin hacer nada... Tampoco podían salir gracias al dolor de cabeza del mayor. Por ahi son la pareja más vaga del mundo.

Perú solo se limitó a observar al argentino quedarse dormido. Era imposible no pensar en todo lo que quería decirle. Pero ¿Debería?
El peruano no tenía problema en contarle que era un chico, el problema estaba en la reacción de Argentina.

—Oye, Argen.—Perú habló algo nervioso. Debía ser rápido para que el otro no quede dormido.

—¿Si?—El otro bostezó abriendo los ojos. Se sentía mejor

—¿Alguna vez te gustó un chico?—Perú pensaba que si todo salía mal podría inventar una excusa.

—Ah... Veo que te enteraste.—Argentina rió, confundiendo al otro.—¿Te refieres a cuando yo y Chile salíamos?—Y la excusa se inventó sola.

—A-ah, claro. Me da algo de pena preguntar.—Perú se sintió menos pesado.

—Hace muchos años me enamoré de el. Aunque nada salió muy bien.—Resumió el otro.—Pero no te preocupes...  Ahora soy hetero, supongo...—El otro respondió no muy convincente, pero lo suficiente para que el otro sintiera que dia se iba a la mierda

—Entiendo.—Perú solo se sintió mal por cada beso o mimo que le regaló al otro. Le encantaba el Argentino, pero, no estaba bien engañar a alguien de esa forma.—A-Argentina, debo irme.

—Oh... ¿Tenes que hacer algo que hacer?—Argentina puso una carita de perrito.

—Tengo que acompañar a Bolivia a comprar unas huevadas para su celular.—Mintió con las primeras palabras que se le vinieron a la mente.—V-volveré luego.

Y el peruano, sin siquiera despedirse, se fue de allí, dejando a un argentino confundido.

(...)

Eran las 12. Argentina solo sonrió entusiasmado, y se alistó ya sin ningún malestar.
Con entusiasmo, fue al boliche de siempre. Estaba muy cerca de su casa, asi que, realmente llegó en 10 minutos.

Como siempre, se dirigió a su rincón de espera. Y alli se quedó por bastante tiempo... De hecho, por una hora.
El albiceleste algo preocupado se dirigió a la barra, como había encontrado a Perú allí la otra vez quizás volvió a irse a ese lugar. Pero no, nada.

Buscó por arriba y por abajo, pero nada.

¿Que iba a hacer alli sin Perú?
Eso es, absolutamente nada.
Porque será un hijo de puta, pero no es infiel. Siquiera era novio de Perú, pero su corazón ya le pertenecía.

O quizás le pertenecía a un Perú que no conocía.

(...)

El peruano estaba en su habitación, llorando frustrado. Ojalá nunca hubiera conocido al argentino. Ojalá su vida siguiera siendo lo mismo de aburrida que era antes.
Le parecía tan... Injusto.

Ese joven de ojos claros, que era muy coqueto, que le encantaba y que pensaba que era una mujer, seguramente solo lo estaba utilizando.
El peruano no sabía que hacer, de hecho, solo tenía en mente decirselo y liberar ese gran peso en su espalda.
Decirle que era un chico, y si todo marchaba bien, darse besitos, cojer y seguir saliendo juntos
Y si todo salía mal, solo debía alejarse de Argentina por más doloroso que le sonara.

¿Por qué Argentina es tan importante?
Simple.
El peruano nunca fue muy sociable. Los amigos que tiene y tuvo los cuenta con las manos.
Tiene varios problemas para empezar conversaciones, y siquiera es tan timido, sino inseguro.
Cuando el argentimo se acercó tan confiado, tan decidido de tener algun lazo con el, Perú se entusiasmo en sus adentros. Era divertido pasar tiempo con el al principio, ya sabes, un amigo más, pero cuando su relación se volvió tan especial, el peruano no supo como reaccionar ante esos principales problemas: Su apariencia, Su relación con Argentina y su autoestima. Al sumarle que avanzaban mas rapido que la luz, al de rojo y blanco se le hacia todo un problema.

Esa persona que era la única a la que le guardaba un cariño especial en la actualidad le causaba tantos problemas que se confundía, y llegaba a ese punto en el que explotaba.

Ya no importaba como, o cual sería la reacción del otro, debía decírselo. Por el bien propio y ajeno.

(...)