Seven

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Ahora en la cama de dos plazas que tenía el argentino en su habitación, los dos jóvenes se encontraban comiendo pochoclos dulces mientras miraban una pelicula de terror. A Perú le daba gracia, no sabía por qué, quizas porque la niña se veía mas divertida que aterradora. A Argentina le gustaría pensar lo mismo, o más bien lo dice pero por dentro se está cagando de miedo.

—Esta película es un fraude.—Perú soltó entre risas escuchando el grito de la protagonista en la pantalla

—Jaja... Si...—Argentina sonrió forzado, y como hizo evidente su miedo decidió decir un poco más.—La chica parece un payaso, ¿no?

—¡Si, pe'!—el otro rió, y ahora fuera de la película se oyó un gran y fuerte trueno, que alarmó al portador del sol. Este saltó por el susto y se aferro al otro tirando algunas palomitas en el proceso.

—P-Perú, la puta madre.—El argento se quejó al ver la risa del otro. Finalmente, el de rojo abrió los brazos para recibir al argentino en el próximo trueno, y acariciarle el cabello hasta que se calme un poco.

Justo cuando el albiceleste estaba más tranquilo ¡Pum! Otro trueno, esta vez acompañado de un relampago. El argentino se tensó otra vez y se lamentó soltando en murmuros insultos desde la A a la Z

—Vamos Argen, es solo un trueno.—Perú sonrió tedioso de tener que volver a acariciar el cabello del otro. Argentina lo miró con un puchero tierno, era una expresión triste. Estaba sonrojado por la pena y tenía una lágrima amenazando con salir de su ojo.—Ay, se me partió el alma.

—No se vale, no me dan miedo los truenos...—Argentina frunció el ceño avergonzado

—Ya, no es malo, es tierno.—Perú tuvo que ponerse arriba del argentino para poder ver sus caras que le causaban gracia y ternura, porque antes estaban acostados uno al lado del otro.

—Vos sos la tierna, no yo.—Argentina rodó los ojos y llevó su mano a la mejilla de Perú. Otro trueno sonó, y sorpresivamente al argentino no le importó tanto, ya que ahora solo se concentraba en Perú y su rostro.
El bicolor de rojo sonrió y abrazó a Argentina, se le ocurrió una idea.

—Te voy a enseñar mi técnica para no asustarme en las tormentas.—el peruano recordó cuando era niño, esta técnica nunca fallaba ante cualquier miedo que tuviera. El argentino asintió y pronto vio como el más bajito dejaba los pochoclos a un lado para cubrirlos completamente, de pies a cabeza, a ambos con la sabana. Ahora no veian nada

—¿Perú?

—Esta es la capa anti-monstruos y miedos. Aqui puedes simplemente concentrarte en mi—Dijo algo aturdido por los gritos de la chica qur seguía siendo una payasa en esa película.

—Bueno, lo voy a hacer...—Argentina sonrió sintiendo que su pena se iba a la mierda y disfrutando poder abrazar a alguien (en especial si era Perú) en esos momentos.
Ambos estaban felices con ese abrazo, hasta que Perú le pegó un golpecito al argentino

—Au

—Argentina, ¿Me tocaste el culo?—Perú arrugo la nariz, con una sonrisa, pero nadie sabía que la tenía

—No—Y ahi Perú se asustó. Ahora un fantasma lo acosaba.

—¡Ah! ¡Deja de hacerlo!—Perú se tapó el rostro al sentir algo rosando su muslo, y optó por aferrarse a ese abrazo que mantenían.

Linda || ArgperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora