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Era una noche tranquila y la brillante luz de la Luna iluminaba a toda la ciudad.

En un parque, los árboles se erguían firmemente y sus verdosas hojas se deslizaban en el aire como si estuvieran bailando un vals. Pequeños animales se refugiaban en sus fuertes ramas y las coloridas flores que decoraban todo el lugar dormían profundamente.

Rusia se hallaba dando un paseo por allí. Amaba el silencio que lo rodeaba, siempre había sido de esa manera. Caminar lo "liberaba", lo ayudaba a despejar la mente y a encontrar soluciones a todos sus problemas. Era su escapatoria. Donde podía ser él mismo sin ser juzgado por nadie. Donde podía dejar atrás, por lo menos unos segundo, toda su tristeza, todo su enojo, todas sus frustraciones...

Algo quedó estancado en su mente. Hizo de todo, pero era inútil, era imposible sacarlo.

Estaba sumido en sus pensamientos cuando logró oír a lo lejos un grito.

-¡Devolveme a mis hermanos!- exclamó una persona.

-I don't want to (No quiero)- contestó la otra.

Preocupado, comenzó a buscar de dónde provenían esas voces. Hasta que halló a Argentina e Inglaterra teniendo una fuerte discusión.

-Ja- Argentina rio sin gracia- ¿Quién sos vos para decir eso?

-Their owner (Su dueño).

-Sí claro...

Cuando Argentina estuvo a punto de golpear a Inglaterra en el rostro, Rusia salió de su escondite y preguntó:

-Inglaterra ¿algún problema?- su consulta ocultaba una amenaza.

-No- bufó y se largó de allí.

Rusia, al ver que el inglés se retiraba del lugar, comentó burlonamente:

-Un gracias me vendría perfecto.

-Me puedo defender solo, no necesito a un "príncipe azul" que venga y me salve- declaró irritado Argentina.

Este se estaba yendo, así que Rusia entró en pánico y tomó suavemente su muñeca.

Argentina se le quedó mirando estupefacto.

Rusia se dio cuenta de lo que había hecho y lo soltó inmediatamente. Un sonrojo se hizo presente en sus frías mejillas.

-Tranquilo, jamás dije que eras incapaz de defenderte. Eres todo un luchador y eso nunca te lo negaré. Admiro la forma en que sigues adelante a pesar de haber sufrido tanto...- mientras decía esto, sus ojos comenzaron a brillar en medio de toda la oscuridad.

Argentina se encontraba sorprendido, no sabía qué decir.

Rusia quería desaparecer de allí. Deseaba que la tierra lo tragase. No podía creer lo estúpido que había sido al haberle dicho eso.

Argentina estaba a punto de contestarle cuando súbitamente, se oyó a lo lejos una voz que lo llamaba. Luego de unos minutos, los brazos de Japón lo rodearon.

-大好き! (Daisuki: Amor) Te extrañé, ¿por qué estabas aquí en medio de la noche? Mira si te pasaba algo ¡estaba tan preocupado!

¿Amor? Rusia había caído en la cuenta.

De repente, Japón dejó un casto beso en los labios de Argentina.

Rusia no sabía que le estaba sucediendo, sentía ¿enojo? ¿Tristeza?... ¿Amor?...

Holi, yo de nuevo.

¿Cómo andan?

Bueno, espero que les guste.

Lxs amo!

El Fruto Prohibido | Country HumansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora