El Fruto Prohibido | Country Humans

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La mañana había llegado y todo el mundo se hallaba dormido en cualquier lado y posición.

Uruguay se despertó por culpa de los rallos del Sol que entraban por su ventana. Luego de desperezarse y tallarse sus ojos, se dio cuenta de que se encontraba desnudo en medio de su inmensa cama. Sus ojos se abrieron como platos al notar que a sus lados, estaban durmiendo México y Canadá de igual manera.

Se sorprendió tanto que casi se le escapaba un grito. 

Trató de hacer todo lo posible por recordar, por lo menos algún detalle. Aun así, fue en vano.

Parecía como si la noche hubiese desaparecido. Y Uruguay, exasperado, buscándola.

Todo había sido borrado de su mente.

La paciencia lo estaba consumiendo. Odiaba sentirse de esa manera, así que se prometió no volver a beber durante un largo período.

No obstante, una idea cruzó repentinamente sus pensamientos.

Se estiró lo más que pudo, tratando de no tocar el cuerpo de Canadá, hacia su mesa de luz. En su superficie, se hallaban sus lentes y su teléfono. 

De esta manera, comenzó a buscar alguna pista de lo sucedido.

Fotos y videos pasaban a través de sus luceros mas ninguno de los dos lo ayudaban.

Hasta que algo llamó su atención.

Bajó el volumen y pulsó el botón de inicio.

El video comenzaba con Paraguay hablando. Se notaba desde lejos que se hallaba pasado de copas y en un momento, la cámara es girada súbitamente mostrando como Alemania y Canadá se besaban salvajemente en el sillón. 

Uruguay no podía estar más confundido. 

En cuestión de segundos, el mexicano tomó fuertemente del brazo al canadiense y lo separó del alemán. Bruscamente, este último se paró. Su altura era mucho mayor a la del menor. Estaban a punto de empezar una pelea cuando él mismo se colocó en medio de los dos e hizo que se separaran como pudo, diciendo:

"Chicooos, porfavar, somos todos amigos. Además, ¿no fue suficiente con lo que pasó en el jardín? Osea, paren un poco"

Ambos estaban a punto de acotar algo, cuando él, con una amplia sonrisa, tomó de las manos a Canadá y a México y se los llevó hacia la segunda planta.

 Y de un momento a otro, el video había finalizado.

Uruguay se hallaba estupefacto, no tenía palabras para describir lo que estaba sintiendo en ese momento.

De repente, su estómago sonó. Tenía mucha hambre. Por lo tanto, un poco complicado tratando de no tocar el cuerpo de México, se levantó de la cama. Se vistió con lo primero que vio y salió de la habitación.

Mientras caminaba, notó como todo el suelo se hallaba repleto de botellas, cigarrillos, líquidos derramados, papeles de colores y pocas eran las decoraciones que habían quedado en las paredes.

Luego se encargaría de limpiar toda la casa.

Una vez que bajó las escaleras, se encontró con: Brasil durmiendo pacíficamente en uno de los sillones abrazado a Venezuela, a China adormecido en una de las sillas, con un vaso de cerveza medio vacío en una de sus manos y a Bolivia y a Colombia descansando recostados contra una pared.

Uruguay rio y continuó con su caminata hacia la cocina.

Una vez allá, mientras comía una torta frita que había sobrado del día anterior, el celular de Brasil vibró por unos segundos. 

"Qué extraño, Brasil nunca anda sin su teléfono"-pensó.

Uruguay al saber que su amigo se hallaba "indispuesto", aprovechó la situación. Y además, ya se sabía la contraseña de memoria. 

Tenía un mensaje reciente sin leer.

Él sabía que lo que estaba a punto de hacer estaba mal, que la curiosidad mató al gato...

Pero este, murió sabiendo.