Parte 12

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Cuando Candy llegó a su apartamento los fantasmas del recuerdo de la noche anterior la abrumaron, recorrió las estancias... la cocina estaba recogida, la cama estaba hecha y la ropa no estaba; abrió la puerta de la segunda habitación y vio que las cajas estaban en su mismo lugar y de ellas sobresalía su adorado tesoro, bueno más bien un regalo con mucho cariño por parte de Archie. Decide ponerse sus zapatillas de deporte, pantalones y sudadera... necesita desestresarse un poco.

Baja corriendo y va hasta la esquina donde está una terreno de juego público con unos postes para jugar baloncesto, empieza a rebotar con ímpetu la pelota, a estrellarla contra la pared y de vez en cuando al aro, salta y encesta de 3 puntos... se esfuerza al máximo pues necesita dejar de pensar... de recordar...

Terry despierta mis sentidos más soñolientos, con sus besos aviva un fuego desconocido, manosea mi cuerpo cual masilla haciendo que me desespere por sentirlo. Como bestia me despoja de mi camiseta, besa mi cuello y baja poco a poco hasta llegar a mis pechos, los toma entre sus manos; un gemido de placer sale de su garganta... o ¿Soy yo? Su lengua juguetea con mi pezón endureciéndolo... lo muerde... succiona y lame con sumo deleite, yo me retuerzo de placer bajo su cuerpo...

Sigue con su camino bajando por mi estómago dejando besos a su paso, se detiene en mi ombligo para poder arrancarme mis bermudas, pasa su nariz por mi monte de venus y aspira su olor, mi piel se eriza ante la incertidumbre de no saber qué es lo que me va hacer... paso mi mano por su cabellera como he deseado hacerlo desde aquel momento tras bastidores.

Como si fuera una señal de permiso, Terry tira de mis braguitas rompiéndolas y la tira despreocupadamente al suelo, con sus manos me abre de piernas para exponer mi sexo a su boca, se relame ante la perspectiva, está ávido por probar mis labios íntimos. Pasa su lengua humedeciendo todo y mis muslos tiemblan, la mueve magistralmente de arriba abajo, como si de un helado se tratase, logrando hinchar mi clítoris, lo toma con sus labios y lo succiona, estoy empapada ante las olas de placer, juega en la entrada de mi ser bebiendo mi esencia

Mi corazón se vuelve loco ante la manera voraz en cómo me posee con su boca... un grito de éxtasis sale de mi garganta cuando siento estallar en mí, olas de placer y colores... me sujeto los pechos por el morbo y culmino en su boca... lo que él buscaba...

Mientras intento recuperar el ritmo normal de mi corazón y aliento me sorprendo por todas estas sensaciones, las piernas me tiemblan cuando veo que se desprende de sus ropas y deja al descubierto su miembro, lo sujeta con su mano y hace un simple masaje acentuando cuan largo y ancho es, mi boca se seca ante la ansia de sentirlo, me muevo para verlo más de cerca y pasar mi lengua de manera juguetona, pero no me permite hacerlo por mucho tiempo ya que me empuja por los hombros para que me vuelva a tumbar, sus ojos y sonrisa son dominantes y lascivos, joo ¡¡Qué morbo!! ¡¡Como me pone este hombre!! Me abro nuevamente de piernas para recibirlo, siento su torso sobre mi pecho y su boca me busca con desespero, siento el sabor de mi esencia en sus labios, sabe dulce con un punto de sal... no entiendo cómo es que Terry me pone a mil.

Sin dejar de besarme siento como acerca su glande a mi entrada, y se empuja poco a poco para que mi cuerpo se abra para recibirlo, percibo cuando entra su cabeza, puede saciar ese vacío... continúa su invasión, roza centímetro a centímetro mi ser... siento como mis carnes se abren para recibirlo y me llena por completo; su miembro es grande, caliente y vibra en mis entrañas... ardo en deseos por sentirlo dándome placer, muevo mi pelvis demostrando mi ansias y desespero, con su mano toma mis caderas y hace un empellón certero... ¡¡Quiero más!!

Conocedor de lo que anhelo y la fiera que ha despertado en mí, se mueve hacia adentro y afuera, una, dos, tres... quince veces, su caricias recorre mi vientre por completo, me encanta esa profundidad que me da, me hace girar sobre su cuerpo dejándome sobre él a horcajadas, ahora soy yo quien toma las riendas y me empalo consecutivamente disfrutando de su sexo, sus manos se deslizan de arriba y abajo recorriendo mi figura y me hace sentir como una diosa

El Alma al Aire (AA) TerryficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora