Parte 4

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Muy desaliñado y cansado llega un joven a la ciudad condal de Barcelona, lleva días caminando y no ha probado bocado alguno, al divisar los muros siente un alivio instalarse en su pecho y las fuerzas abandonarlo, intenta dar un paso más pero lo que hace es terminar en el suelo desvanecido.

El padre Albert iba en su carreta junto a la hija de el curtidor, Juan Aguilar, habían ido a visitar a una pobre familia que tenía a su hijo enfermo, cuando de presto vieron al hombre tirado en el suelo ¿Cómo dejarlo ahí abandonado a su suerte?

Cuando el joven Galder recupera la conciencia no reconoce en donde se encuentra y aún siente que la cabeza le da vueltas

-¡Habéis despertado!... tranquilo, no te levantes pues aun estás débil

-¿En dónde estoy?

-Estás en la casa del señor, soy el padre Albert, toma un poco de caldo para recuperar fuerzas

El joven toma el cuenco de madera y sorbe el líquido, le sabe a gloria

-Hmmm que delicia, muchas gracias padre

-No es nada hijo, ahora dime ¿Cómo te llamas? Y ¡¿Qué te trae por estos lares?!

-Soy Galder señor, y pues no me trae nada en especial a este lugar, ando sin rumbo como un nómada

-Hahahaha, ¿Acaso no tenéis unos padres que se preocupen por vos?

-No tengo padres

La mirada azul se entristeció al recordar las dos tumbas que tuvo que cavar antes de abandonar su casa, habían muerto por la escasez

-Lamento escuchar eso, si deseas, puedes quedarte una temporada en esta ciudad, algún trabajo podremos encontrar para ti ¿Qué me dices?

-No lo sé padre

-Bueno, no hace falta que te presiones, descansa un poco más y ya mañana tendrás mejor cabeza para pensar

Dejó que se volviese a dormir, por lo visto lo necesitaba; Al día siguiente la joven de cabellos castaños rizados y ojos color esmeralda se presentó donde el padre Albert para saber cómo seguía el desconocido, llevó un poco de fruta y lo observó en silencio; está por despertarse por las voces que hacen eco, la luz que se cuela por la ventana le da una especie de halo angelical a la hermosa dama y su corazón le dio latido intenso, estaba tan desconcertado que cuando quiso darse cuenta la joven ya se había marchado.

Por lo visto ese día había una presentación especial, su alteza real Don Pedro, rey de Aragón y Valencia, y Conde de Barcelona, visitaba las estructuras de la futura "Iglesia de Nuestra Señora Virgen María del Mar", una Catedral digna de su virgen, grande, amplia y construida por el pueblo; gracias al maestro de obra Berenguer de Montagut y la cofradía de "Los Bastaixos" (arrieros del mar, quienes se encargaban de descargar las mercaderías que llegaban en barco a la playa y viceversa, ya que en 1342 aún no se había construido un muelle para que las naves atasen cabos) eran quienes traían piedras en sus espaldas desde la cantera de Montjüic.

En esa fiesta se acercó a Galder, Elisenda, una joven de cabellos castaños casi cobrizos y ojos color miel, se había enamorado a primera vista del desconocido, le ofreció una fruta y le sonreía maliciosamente, él no dijo nada simplemente acepto la pieza y una leve inclinación, no sabía cómo tomar ese atrevimiento.

-¡Muy bien! Por lo visto os habéis animado en acompañaros en este día tan especial joven Galder

Se dejó oír la voz del padre Albert a espaldas del castaño, casi dándole un susto, se gira para responder

El Alma al Aire (AA) TerryficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora