(Narrador omnisciente)
En un callejón de la ciudad habían varios ladrones de la pandilla conocida cómo "Dragones Púrpura", estaban descargando una sustancia química muy brillante con bastante cuidado, ya que si algo salía mal, sus vidas corrían peligro.
Un novato por poco dejó caer un contenedor de aquella cosa radioactiva, pero logró salvarlo en el último segundo sujetándolo de los bordes, estaba demasiado nervioso, ya que aquellas personas que habían ordenado el mutageno iban a llegar en cualquier segundo.
Brown, el líder, tomó el barril con firmeza y lo acomodó en el suelo del callejón, regañando al menor con sus fríos ojos azules. –¡Ten más cuidado! ¿¡Qué haré si todos se derriten con esta porquería!?– Ordenó a sus demás pupilos que se apartaran entre ellos, su preocupación era auténtica pues aquellos jóvenes eran prácticamente sus hijos, y conseguir un cargamento tan grande de mutageno era extremadamente complicado en esos tiempos, no había espacio para errores.
Luke, el ladrón novato se encogió de hombros y trató de ignorar las pequeñas carcajadas que soltaron sus compañeros ante el regaño. –Lo siento... ¿Pero quién necesita todo ese líquido extraño de todos modos?– Suspiró con fastidio viendo de reojo las cinco camionetas detrás de ellos que estaban repletas de más barriles siendo vigilados por los demás, no sabía exactamente qué era eso, pero sin duda los que ordenaron esa cantidad de producto no planeaban hacer algo bueno.
El mayor tuvo un escalofrío al recordar cómo les había encargado robar todo de la manera que fuera necesaria, tenía miedo por las dos escoltas que acompañaron a Destructor aquel día, jamás los había visto antes, pero se notaba desde lejos lo fuertes que eran. –Eso no es importante... Sólo hacemos nuestro trabajo para sobrevivir.– Contestó serio, tratando de ocultar el hecho de que se repetía esa misma frase una y otra vez para que si conciencia lo dejara dormir esa noche, terminó de bajar el último barril de mutageno por su cuenta, aquellos "chicos" llegarían en cualquier segundo y todo debía estar listo.
El joven de ojos grises se recargó en la parte trasera de la camioneta y suspiró fuertemente, esa era su primera misión importante cómo ladrón, la verdad es que no le emocionaba demasiado tener que vivir así, pero no tenía otra opción, ya que la ciudad no era tan segura cómo antes.
Cruzándose de brazos, el adulto se acercó a su pupilo y le golpeó levemente el costado con su codo, para que dejara de estar bajo sus pensamientos y se concentrara, pues no le gustaba verlo triste, entendió perfectamente sus nervios, el Clan del Pie era bastante despiadado y debían tener cuidado con ellos, ya que se sabía que ahora asesinaban a quién fuera que los hiciera enojar y nadie los detendría. –Tranquilo, pronto se terminará esto.– Aclaró para revolver los negros cabellos del joven para distraerlo al ponerlo avergonzado, y al ver que funcionó, soltó una adorable carcajada.
Ambos se miraron a los ojos por un momento, sabían que debían decirse algo más en caso de que las cosas saliera mal, pero el sonido inconfundible de una espada siendo sacada de su funda los hizo ponerse alerta de golpe.
Rápidamente todos los hombres de Dragones Púrpura miraron hacia arriba y pudieron identificar dos figuras en la oscuridad, siendo alumbradas únicamente con el suave resplandor de la luna, parecían ser dos tipos con armaduras y capas totalmente negras, lo más peculiar de todo es que tenían una máscara de zorro negro con detalles en rojo, se veían sumamente amenazantes... Eran cómo demonios moviéndose entre las sombras.
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Te Deseo, Primo (Segunda Temporada) *En edición*
FanfictionHan pasado 15 años desde que los cuatro Hamato perdieron a sus hijos, Ryu y Sora. Los daban por muertos, pero Destructor había ocultado su existencia por todos esos años ya que los tomó como sus aprendices. Ryu y Sora ahora son miembros del Pie y so...