#10 Rubíes

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(Narrador omnisciente)

Casey: Eso es todo lo que tienen!?.- Forcejeó desafiando a sus captores con sus ojos ámbar, se encontraba de rodillas sobre el techo de un edificio y sin duda ya no tenía escapatoria.

Bajo el intenso resplandor blanco de una luna llena, aquél humano que se ocultaba detrás de una máscara de hockey fue relajando su cuerpo al ver cómo una arma alienígena se colocó sobre su frente... Podía ver la muerte desde muy cerca, pero se sentía extrañamente tranquilo ante ese peligro mortal.

Kraang: Tu muerte será rápida para demostrar la bondad del Kraang.- Habló roboticamente sin una sola pizca de emoción, cargó su arma dejando que se escuchara el estremecedor rugir del cañón. Finalmente iban a exterminar a ese enemigo tan problemático.

Un muy leve suspiro salió de lo más profundo de la garganta del hombre, pero ese gesto no expresó rabia en lo absoluto, fue mas liberador que otra cosa... Era cómo si ya no quisiera luchar.

Después de todo... Hacia años que no tenía algo real a lo que aferrarse, pues lo más importante en su vida le fue arrebatado en un brusco parpadeo y no pudo hacer absoluto nada al respecto para llenar ese vacío.

Pero el destino le daría un regalo muy grande en ese mismo momento, ahora tendría un motivo para querer levantarse ante la vida.

Casey: Adelante... Ya no me queda nada que perder.- Murmuró lentamente dirigiendo su vista a la luna, era una buena vista para despedirse de lo que él creía fue una vida sin propósito... Pero un silbido le erizó la piel pues en unos cuantos segundos escuchó cómo aquel esqueleto metálico del alienígena delante suyo se desplomó en el piso.

La pequeña criatura rosa y viscosa no salió de la pila de metal que quedó inerte en la azotea, pues una flecha lo había atravesado de lado a lado, salvando así la vida de Casey justo a tiempo en un ataque totalmente perfecto, limpio y calculado al milímetro... Para los presentes fue obvio que ahora eran acechados por alguien muy hábil.

K2: Qué fue eso?.- Se puso a la defensiva al igual que su otro compañero, comenzaron a mirar en todas direcciones pero sus rastreadores visuales no detectaron a nadie a la distancia. Su enemigo se había movido muy rápidamente.

El corazón del hombre se le detuvo, ya había aceptado la muerte con los brazos abiertos, pero... Tuvo la extraña sensación de que ahora debía escapar, pues su nuevo aliado iba a necesitarlo para pelear.

K3: Sujeta al humano, no debe escapar.- Se colocó delante de Casey y se preparó para cualquier ataque inminente, su objetivo esa noche era acabar con el adulto y por poco lo habían logrado... Pero la figura que cayó detrás de ellos les dejaría claro que no saldrían de ahí victoriosos.

Los tres hombres voltearon a sus espaldas y observaron atentamente a la figura femenina que había aparecido, ya que su vestimenta era completamente negra parecía una sombra... Y su máscara blanca sin expresión alguna le paralizó el corazón al humano.

Parecía que aquella misteriosa joven no iba a hacer nada, pero inmediatamente sacó su arco y una flecha y tensó su arma apuntándole al Kraang que tenía cautivo a Casey. No sabía si él merecía la pena, pero aún así trataría de salvarlo pues era lo correcto.

Suki: Suéltenlo, no lo pediré dos veces.- Murmuró lentamente de una manera tan fría que incluso el mayor sintió miedo, sus ojos rojos parecían estar sacando chispas por la intensa manera en la que observó a los Kraangs. Se veía sumamente amenazante aún cuándo quedaba claro que era la más pequeña en ese lugar.

Los escáners visuales de los alienígenas analizaron a profundidad el cuerpo de Suki, tratando de averiguar si era una humana o mutante peligroso que ya estuviera en su base de datos... Pero les fue imposible obtener algún dato de valor pues nadie sabía de la existencia de los pequeños Hamato hasta ese momento.

Te Deseo, Primo (Segunda Temporada) *En edición*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora