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Sus ojitos cerrados, su boca entre-abierta que hacía pequeños ronquiditos y sus bracitos que rodeaban su tan amado peluche que lo acompañaba desde la infancia lo hacían ver como el ser más tierno del mundo.

Era fin de semana y al parecer Jeongin no se iba a reunir con su par de amigos a hacer los deberes como siempre, aunque en la mayoría de las veces él era quien hacía todo y los otros copiaban los apuntes que había hecho, en fin el australiano se reuniría con su pareja y Kim se había inscrito en un clases de canto.

Así que esos días la pasaría completamente solo.

O eso creía, el pelirrojo talló sus ojos al escuchar el timbre de su casa.
Su madre estaba profundamente dormida y su padre estaba emprendiendo un vuelo hacia Tailandia.

Bajó las escaleras bostezando en el camino y completamente soñoliento, al abrir la puerta color chocolate miró confundido a la fémina que estaba parada frente a él.

¿Por qué tiene una rosa?_pensó_ Oh no, por-

-- ¡Hola!_exclamó sonriente sacando de los pensamientos del menor_ Busco a..._sacó una pequeña libreta del bolsillo delantero de su chaqueta mientras achinaba sus ojos para leer lo que había escrito horas antes_ Yang Jeongin
-- Ese soy yo
-- ¡Oh! ¡Esto es para ti!_respondió depositando la flor en las manos del menor sin borrar su linda sonrisa.

En ese momento la curiosa del pelirrojo viajó hasta la chaqueta de la rubia e inmediatamente reconoció el logotipo que estaba bordado en ella.
Era la florería donde casi siempre su madre exigía a su padre que le comprase algo de allí.
Por lo que sabía, todas esas flores eran bastante caras.

-- Nos vemos joven Yang_hizo una pequeña reverencia y se volteó dejando a un Jeongin muy confundido.

Ingresó a su casa y volvió a cerrar la puerta analizando lo que le acababa de suceder.
La rosa era de color rojo, al parecer había sido sembrada sin ninguna variación genética y eso le daba un toque bastante natural que agradaba a Yang.

En el tallo había un hilito color plateado que estaba atando una pequeña cartita junto al tallo de la planta.
En la cartita había un pequeño zorrito en la portada y Yang sonrió, probablemente alguno de sus amigos había tenido tan tierno gesto.

Desató el hilito dejando el trozo de cartulina a su disposición y la abrió para leer lo que estaba escrito.

Un rubor decoró sus mejillas.

"Podrás decirme que no mil veces
Pero nunca dejaré de quererte"

----Hyunjin

El corazón del menor dió un salto y sin darse cuenta, sonrió enternecido por el contenido de la carta.
Colocó la rosa en un florero color rosa pastel que nunca le había dado uso.

-- Buenos días hijo_habló la señora Yang bajando las escaleras fijándose en el jarrón con la planta_ Que bonita rosa ¿Quién te la regaló?
-- Un amigo_suspiró feliz_ O eso creo.

_

-- ¿Y?_preguntó el mayor.
-- ¡Recibió la rosa!_exclamó Park.
-- ¡Buen trabajo Kyungri! Sabía que no me decepcionarías, ahora tienes que hacer lo mismo todos los días o hasta que Hyunjin..._sacudió levemente su cabeza_ Da igual, excelente trabajo.

Jungsoo abrió uno de los cajones de su escritorio, sacando lo que parecía ser un documento y una foto de unos sonrientes niños pequeños.

Vió nostálgicamente a los infantes recordando lo que los Hwang habían hecho por él y por Mark, su pequeño hijo.

Park era una persona muy pobre, su esposa había muerto producto de una fuerte infección que había tenido desde hacía muchos años.
No importaba lo mucho que buscara un trabajo, en todos era rechazado.
Pero llegó una luz, su ángel salvador, Hwang Yeon Woo quien le confió en él cuando nadie más lo hacía.

La fémina se dió cuenta del increíble don que tenía Jungsoo para la cultivación de flores, así que poco a poco fueron formando la empresa de la cual el mayor está muy orgulloso.

Pero al parecer, el pequeño Mark se había contagiado de la infección de su madre y poco a poco la enfermedad iba carcomiendo su cuerpecito y a pesar de todo el esfuerzo y dinero que su padre había invertido el pequeño falleció.

Park amaba ver como su amado niño jugaba con el unigénito de Yeon Woo, incluso consideraba a Hyunjim su segundo hijo, se había encariñado mucho con él después de la muerte de Mark.

Lo que no sabía es que la vida también le arrebataría a su otro retoño, Hwang había nacido con problemas cardíacos , los cuales estaba controlados pero tanto como sus padres y los médicos estaban concientes de que algún día Hyunjin se iría.

Limpió las lágrimas rebeldes que desbordaban por sus ojos y volvió a guardar la foto, quedándose sólo con el documento.

Aquel papel era lo más importante en la vida de Jungsoo, era un pequeño dibujo hecho con crayolas por los dos niños que tanto amaba.

 ˗ˏˋ⭞ The Roses ˚༘ ๋ HyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora