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- ¡Wake up Pinkie! ¡Wake up!
- Vete a la mierda
- Jeongin, anda, por favor sal, respira aire fresco
- No
- Per-
- No_interrumpió.
- Pe-
- He dicho que no Félix, déjame en paz_dijo mientras se cubría nuevamente con sus frazadas, volviendo a su posición de antes, dándole la espalda a cualquiera.
- ¿Quieres que te traiga algo para comer? No comiste ni bebiste nada desde hace meses.
- No
- Puedo traer tus gomitas preferidas
- No, gracias_respondió secamente.

Lee salió de la habitación del menor, negando por lo bajo y encontrándose con su novio y Seungmin quienes lo miraban preocupado.

- No quiso salir ¿Cierto?_preguntó Seo y el pelimorado negó.
- Hace cinco meses fue su entierro, que esperaban ¿Que sonriera como siempre?_explicó Kim_ Hay que darle su espacio, cuidarlo_ miró a través de la puerta del cuarto donde estaba Jeongin_ Me duele verlo así
- Igual a mi, aunque la muerte de Hyunjin nos afectó a todos, al parecer a él más_agregó Lee.
- Era su novio, tonto _el castaño rodó los ojos.
- Pero antes no lo quería
- Agh, Félix sólo cállate_respondió irritado y el australiano sólo bajó la mirada avergonzado.
- Ya ya chicos, no peleen por favor. Mejor vámonos_agregó Seo dirigiéndose a la puerta y los contrarios lo siguieron, dejando al  pelirosa solo, "bah, como si me importara"_pensó al escuchar como sus amigos se iban de su hogar.

Volvió a cerrar los ojos, no para dormir sino para dejar de ver el cruel mundo que lo rodeaba, aquel que le había quitado al único ser que amaba.

Su rostro estaba pálido y parecía qur sus ojos cargaban grandes bolsas de supermercado. No había dormido esa noche, ni la anterior, estaba débil y no sólo físicamente sino también mentalmente hablando, pero no quería recibir la ayuda que sus amigos le daban.

Un recurrente golpe en su puerta lo obligó a levantarse, refunfuñando bajó hacia el primer piso y al abrir la puerta vió a aquella fémina, sonriéndole tristemente si se puede describir de esa forma.
Un deja vu se hizo presente, recordando la primera vez que vió a Park.

- Joven Ya-
- Kyungri, Hyunjin ya murió puedes dejar de hacer tu trabajo_soltó pero la fémina inhaló, cerró los ojos y exhaló lentamente.
- El joven Hwang, Hyunjin, yo sabía de su enfermedad_ Jeongin quiso hablar pero la pelinegra levantó su palma izquierda indicándole al menor que seguiría hablando y no quería que la interrumpiera_ Él me pidió que...que siguiera haciendo mi trabajo cuando él...muera_susurró esto último viendo como el menor se llenaba de lágrimas de nuevo_ Por cada día de tu vida me verás aquí, en tu casa. Hyunjin no quiso que lo olvidaras, así que una parte de él te acompañará cuando...yo venga a entregarte estas rosas_dijo suavemente entregando la flor en las manos del desconsolado pelirosa.

Jeongin volvía a romperse, a volver a cortar ese hilito que ataba y separaba su ya no existente cordura y la demencia.
La mayor lo vió entristecida, sabía del dolor que estaba sintiendo Yang y lo abrazó, sintiendo como el más pequeño apretaba fuertemente sus hombros pero lo entendía y comprendía; incluso botó algunas lágrimas junto a él, Kyungri era muy sensible y al verlo su corazón se hizo trizas.

El dolor en el pecho de Yang se hacía cada vez más insoportable, estaba vulnerable a cualquier acontecimiento.
Cayó inconsiente al piso, dejando a Kyungri perpleja.
El menor escuchaba los gritos de auxilio y desesperación de la mayor, a lo lejos, como si Park gritara a kilómetros de distancia donde estaba él.

Cerró sus húmedos ojos lentamente y estrujando la flor que estaba en sus manos, dejó de respirar.

Unos minutos después, cuando abrió sus órbitas felinas de nuevo, se encontraba en un bello lugar, vacío pero al mismo tiempo lleno, cálido pero al mismo tiempo fresco, era...perfecto.

- Te amo_escuchó y Yang sonrió al reconocer esa voz.

 ˗ˏˋ⭞ The Roses ˚༘ ๋ HyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora