En una noche estrellada aquellos corazones se conocen de la manera no tan adecuada. Aunque ellos don eran pésimos en el amor, hicieron de ello algo diferente. Alguien tiene que cambiar el papel.
"¡Cara de hámster!" "¡Maldito tubérculo!"
-historia 10...
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Viernes, si viernes el sol ya había salido. Tenía que apurarme, la preparatoria habré a las 7:30 de la mañana. Estiré todo mi cuerpo, pues dormir en ese sofá fue mala idea. Me duele la puta espalda, levanté a Jungkook, este se exaltó un poco, prendí mi teléfono, 6:40, faltaba.
—¡Hey! Jungkook —lo llamé.
—¿Que carajos quieres?
—Que humor por Dios —arrugue la nariz, me puse la casaca y arregle mi cabello. Parecía un león con cara de pocos amigos—. Te recuerdo que pasamos la noche en una preparatoria —lo mire.
—Ay carajo —revolvió su cabello—. Ese sillón me dejó la espalda dolida —se quejó.
—No eres el único idiota, si no te hubieras demorado, hubieras dormido en tu hermosa cama.
—Cállate, tu voz me irrita ¿No puede haber un día en que no hables casi nada?
—Nop —sonreí—. Es como decir ¿Puede haber un día en el que no cagues?
—Ay! Que hora es —preguntó.
—Seis y cuarenta y date prisa que falta poco para que abra la preparatoria.
—Bueno tubérculo, fue muy extraño esto —froto sus ojos—. No quiero que se repita esto.
—¡Ni yo ah!
—Si si, tengo hambre.
—Pues que pena —salí, fui a los servicios higiénicos a lavar mi rostro.
¡Oh por dios! ¡Parezco un muerto! Estoy terrible. Salí y me senté en las sillas de los pasillos, 6:50.
—Okey Hana, solo fue algo que jamás pasará en tu jodida vida —me dije a mi misma.
—Ahora hablas sola, increíble —se sentó a mi lado.
—¡Por dios! Quien te aguanta.
—Mi mamá, mi papá y creo que mi hermano —pensó—. Ah y mi perro.
—Waaa! A quien engaño —tapé mi rostro—. Ahhh Yoongi va matarme, bueno si se acuerda que tiene una hermana.
—Yoongi es ¿Celoso?
—Aveces, cuando quiere. Pero siempre le gusta molestarme.
—Aveces quisiera ser tu hermano.
—¡No agh! Lo siento pero Jeon Hana no queda, se escucha mejor Min Hana.
—Por que los Min siempre tienen el ego tan alto —me miro riendo.
—No lo sé —alce los hombros.
—Eres una pesada, pero no eres creída como las demás. En serio está preparatoria apesta, prefiero la anterior, donde yo estaba no habían tantas mujeres putas que solo buscan acostarse con algún hombre.
