Capitulo 11: el verdadero ataque.

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El grupo caminaba por el parque gigantesco y se maravillaban con todos los ángeles que veían tanto en el cielo como en la tierra. De pronto una alarma comenzó a sonar, una alarma que se oía por todo el reino.

–¿Qué es esto? –preguntó Okurumi.

–Llegó la hora –le contestó Shuji.

–¿La hora...? –preguntó Minatsu sin terminar.

–Atención a todo el reino –comenzó a mencionar la voz de una chica por un megáfono que no se veía a simple vista, pero que se oía en todos lados–. Esto no es un simulacro, vallan todos los ángeles a las posiciones ya determinadas, los ángeles de la oscuridad están a 10 minutos de traspasar las murallas del reino.

–¿Esto es enserio? –preguntó Hayu.

–Si, vámonos –le respondió Aurora.

Las manos de todos los chicos se unieron con las de sus ángeles. Kimico con Shuji, colocando los dedos en los espacios entre los dedos de la mano del otro y uniéndolas. Minatsu y Hansu, estrechando y uniendo sus manos. Hayu y Celestina, ocultando sus manos y solo dejando a la vista los dedos índice y medio de ambos y luego uniéndolos como una cadena. Okurumi y Aurora, realizando la misma acción que Hayu y Celestina pero con sus dedos meñiques.

Todos al unisonó gritaron "¡Arcangelist!", y se dirigieron a sus posiciones: Kimico en el frente de las tropas terrestres, que atacarían. Hayu en las tropas de defensa terrestre y las subterráneas. Okurumi en la cima de unas de las torres de veinte metros con el grupo de arqueros, francotiradores y las tropas aéreas. Minatsu en el lago gigantesco con las tropas marítimas.

El silencio que había era aterrador, la calma antes de la tormenta había comenzado. Los corazones de todos los escuadrones latían imparables he irascibles. La furia y la increíble impaciencia por que empezara la batalla se sentían en el aire, la tención los dominaba y solo querían empezar a pelear y tener la adrenalina al máximo.

De pronto se oyó un ruido y las cabezas de todos los del escuadrón de ángeles de ataque miraron hacia la gran muralla que separaba al reino de los ángeles del resto del terreno. Una flecha había sido lanzada.

Constantemente, más y más rápido latían, con cada sonido que provenía se alteraban todos. Otro ruido se oyó, una bomba había sido lanzada. Unos treinta segundos mas tarde la gran puerta de la muralla empezó a temblar por la fuerza de los ángeles de la oscuridad que trataban de derribarla. Los ángeles de las torres empezaron a lanzar todo tipo de flechas y balas, las voces de los ángeles de la oscuridad se oían gritando y tratando de destrozar la puerta, lográndolo unos veinte segundos mas tardes.

Los ángeles atacantes luchaban con toda clase de armas: escopetas, espadas, puños, elementos, guadañas, flechas, lanzas, hachas, cuchillos, cierras, cualquier arma se que pudiera imaginar estaba involucrada en la batalla, incluso con sus elementos solos.

–¡Ataquen con las bombas! –ordenó Okurumi disparando rayos desde la torre con su cetro.

Miles de bombas cayeron fuera de las murallas que separaban al reino destruyendo a decenas ángeles de la oscuridad haciendo que se derramara sangre por todo el piso, y que luego se convirtieran en arena, la cual se fue volando con el viento.

Los ángeles de la oscuridad sacaban sus alas emprendiendo el vuelo, solo la mitad de ellos se quedó luchando en la tierra firme.

–¡Disparos de agua, ahora! –gritó Minatsu ordenando a las tropas marítimas, estas lo obedecieron disparando el agua del lago como lanzas hacia los ángeles de la oscuridad.

Mientras tanto, varios ángeles de la oscuridad lograron traspasar a los ángeles atacantes llegando hasta el área de defensa donde Hayu, colocando sus manos en la tierra logró crear miles de agujas de piedra sobresaliendo del suelo y atravesando a muchos ángeles oscuros.

Arcangelist {#EDreamsAwards}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora