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Capitulo 12: El despertar de unas leyendas.

El brillo de la luz desplegada hacia el cielo cegó a todos a su alrededor, literalmente todos estaban tapándose los ojos por el deslumbrante brillo emanado de Hayu. El brillo se fue disolviendo rápidamente y la silueta de Hayu fue revelada. Su martillo estaba cambiado; tenia una forma diferente la parte metálica, con agujas de metal en la parte delantera y trasera, el mango del martillo era un poco mas corto que el anterior y era aun mas ligero y manejable, Hayu tenia la camisa un poco rota y tenia en sus manos unos guantes de piedra con agujas en los nudillos.

Hayu abrió los ojos sujetando fuertemente el martillo, el viento volaba la camisa rápidamente y su fuerza se veía notablemente incrementada.

–Muy bien Kita, prepárate para desaparecer –exclamó Hayu apretando los puños.

–Puede que te veas diferente, pero eso no cambia lo débil que eres –le respondió Kita demasiado confiado.

Como un relámpago, Hayu aceleró, corriendo hasta donde estaba Kita, destrozando el suelo debajo de él y golpeando a Kita con sus nuevos guantes en el rostro mandándolo a volar hasta una montaña, donde dejó un gran agujero.

–Piensa otra vez –le contestó con una cara seria, donde se notaba que no había hecho mucho esfuerzo.

Una onda de metal líquido salió disparada de Kita y Hayu la destrozó rápidamente sacando su nuevo martillo, hecho completamente de reluciente metal. Bajó su martillo imponente y saltó muy alto en el aire moviendo sus manos y sacando una gran piedra del piso, lanzándola directo hacia Kita aplastándolo por completo; la roca se rompió y Kita se le acercó impulsado como propulsor por el metal liquido que expulsaba, con toda la fuerza de su propulsor movió hacia el frente su puño metálico y casi golpeó a Hayu, siendo detenido por su mano inmovilizándolo por completo.

Hayu lo miró directa y desafiantemente a los ojos y exclamó furioso:

–Hasta nunca.

–¿Qué? –preguntó Kita asustado, siendo golpeado por el puño derecho de Hayu.

Sin soltar su puño con la mano izquierda; bajó el puño haciendo que el cuerpo de Kita bajara y le golpeó el estomago con su rodilla, soltó el puño de Kita y sacó su nuevo martillo aplastando la espalda de Kita, quien soltó un grito y se convirtió en arena.

Todos, tanto ángeles de la oscuridad, como ángeles originales estaban perplejos por el inmenso poder que había adquirido Hayu con ese destello de luz.

–Hayu, tu poder –exclamó Celestina dentro de la mente de Hayu.

–Ahora entiendo... el filo de la muerte... ¡son nuestras armas!

–Eso... tiene mucho sentido.

–Tengo que terminar esto de una buena vez.

–Así se habla, Hayu.

Rápidamente salió del espacio de su mente y liberó sus alas con un brillo en su espalda y salió volando llevándose todas las miradas. Miles y miles de ángeles de la oscuridad dejaron de pelear solo para tratar de matar a Hayu, quien se movió como distracción mientras la horda gigante de ángeles oscuros lo seguía sedienta de sangre; todos sabían que Hayu había superado los límites, y muchos ángeles de la oscuridad querían matarlo para asegurarse de que no acabara con todos en la invasión.

Hayu se detuvo, aterrizando en el piso y miles y miles de ángeles de la oscuridad se abalanzaron sobre Hayu para matarlo, pero este los destruyó a todos con un solo ataque, liberando del suelo dos gigantescas manos que cubrieron a todos los ángeles oscuros, cubriéndolos como un manto y luego atrapándolos a todos bajo ese manto, bajando y destruyéndolos a todos por la presión de la tierra de la tierra.