Capitulo 13: Desatando a la bestia en tu interior.

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Varios días habían pasado desde la desaparición de Hayu y Celestina y pareciera que no hubieran dejado ni rastro de que ellos estuvieron ahí, nadie del reino de los ángeles los había visto partir, no había rastro de ellos. Ya los chicos se habían cansado de buscarlos, era obvio que no los encontrarían tan fácilmente, y el sentimiento de tristeza se apoderaba de ellos, sin saber donde estaban aquellos dos Arcangelist de tierra.

–Regresaran pronto –exclamó Kimico, quien estaba sentada en la litera de arriba mirando a Minatsu, Hansu, Okurumi y Aurora.

–Lograran controlarlo pronto –agregó Hansu–, ellos son fuertes, lograran hacerlo.

–¿Y si no lo logran? –preguntó Okurumi.

–¡No digas estupideces! –Exclamó Kimico–. Ellos lo lograran, son lo suficientemente fuertes para manejar ese poder.

–Fue increíble la fuerza que tenia en ese entonces –exclamó Minatsu.

–¿Era tan fuerte como parecía? –le preguntó Kimico.

–Aun más, todavía no puedo creer que salí vivo de esa situación. Parecía una bestia, lo tiraba al suelo y él se levantaba para volver a pelear, no tenia limitaciones, no necesitaba una razón para atacar.

–Ya pasaron cuatro días desde que se fue Hayu.

–Ya deberíamos dejar de pensar en ellos –interrumpió Aurora–, pensar en ellos solo hará que nos deprimamos, debemos hacernos a la idea de que están bien, si no fuera así Hayu estaría destruyendo cosas en el reino de los ángeles, y no es así.

–Es cierto, chicos les propongo algo –dijo Kimico.

–¿Qué cosa? –preguntó Minatsu.

–Si Hayu va a entrenar para controlar este nuevo poder ya es hora de que dejemos de preocuparnos por él y empecemos a preocuparnos por nosotros, tenemos que empezar a usar este poder también y aprender a controlarlo.

–¿Pero y si terminamos matándonos entre nosotros? –preguntó Okurumi.

–Lo haremos por turnos, los otros dos harán vigilancia y se aseguraran que no le hagamos daño a nadie.

–Esa es buena idea.

–¿Pero quien empezará? –preguntó Minatsu levantándose de la cama.

–Deberías hacerlo tú, Minatsu –le dijo Hansu.

–¿Yo por qué? –preguntó.

–Porque eres el único que pudo vencer a Hayu –le dijo Aurora–, tú tienes la fuerza para controlar el poder.

–¿Qué dices Minatsu, lo hacemos? –le preguntó Hayu.

–Bien, supongo que lo intentaré.

–¡Vamos entonces, quiero ver de que eres capaz.

Rápidamente los chicos volaron hasta el bosque lejano de pinos y prepararon sus armas para la destrucción que podía o no ser provocada por Minatsu en ese momento, Okurumi tenia preparado su arco de rayo, con una flecha lista para ser disparada y Kimico estaba simplemente sentada en una enorme roca a tres metro de Minatsu, con las piernas cruzadas y muy tranquila.

–¿No te vas a preparar, Kimico? –le preguntó Okurumi.

–No pasa nada, cuando llegue el momento Shuji y yo lo haremos entrar en razón.

–¿Cómo? –preguntó Shuji en la mente de Kimico.

–Lo veras cuando suceda.

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