capitulo 3: la reina de un mundo de fantasía, una pelea electrizante.

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   –¡Continua Kimico, si no duele no sirve! –le gritó Shuji a Kimico mientras entrenaban.

–¡Ya lo se, pero en este caso me duelen hasta los huesos! –le contestó Kimico adolorida.

–¡Eso significa que funciona!

–¡MUERTE SHUJI MINAMOTO! –le gritó enojada.

–¡Ya te me adelante!

«Demonios –pensó Kimico fastidiada.»

Una hora después del arduo entrenamiento terminaron y Kimico exclamó:

–Más te vale que pueda destrozar todo un ejército ahora.

–Ya quisieras, esto es solo el inicio.

–Estuvimos entrenando cuarenta horas sin dormir ¿Y ESTE ES APENAS EL INICIO? –dijo mientras lo jalaba de la camisa, acorralándolo frente a la pared con una cara de enojo.

–¿Eh, perdón? –dijo Shuji con una cara nada convencida.

–No, a mi no me vengas con perdón –su puño se encendió en llamas e intento golpearlo, pero con un simple movimiento de cabeza lo esquivó haciendo que le diera a la pared destrozándola por completo.

–Puño de fuego fase I.

–¿Que cosa?

–Puño de fuego fase I, lograste aprender un movimiento básico sin que te lo enseñara.

–Q... ¿que?, ¿enserio? –dijo con una cara de sorpresa.

–Si, estaba probándote para ver cuanto enojo podías acumular para poder liberar un ataque nuevo. Me impresionas Kimico Nakami, pero aun te falta mucho por aprender: primero que nada, debes aprender a controlarte.

–Boberías, tengo perfecto control.

–No lo creo. Segundo: tienes que dejar de asociar cada emoción negativa con el poder.

«Ni idea de a que se refiere –pensó Kimico desconcertada.»

–Y tercero: necesitas más entrenamiento.

–¡ESO YA LO SABIA! –le gritó Kimico enojada y apretando los dientes fuertemente.

–Incumplimiento de la numero uno.

–Ah... cállate -dijo con una cara avergonzada y rojiza.

–Muy bien, comencemos entrenando la numero uno: tendremos que meditar para ponerte en paz con el mundo, solo recuerda "Los pensamientos negativos conllevan a acciones negativas".

–Guao, Shuji eso es muy sabio.

–Gracias, y ahora a meditar, cierra los ojos y siéntate cómodamente en el piso.

–De acuerdo –contestó Kimico sentándose en el piso, cruzando las piernas y mirando a Shuji.

–Ahora, piensa en cosas buenas.

–¿Como que?

–Cualquier cosa buena que te haya pasado o te hayan hecho.

–¿Chocolate?

–¡Algo de verdad bueno!

–¿Que? –Gritó Kimico–. ¡El chocolate es bueno!

–Hazlo de verdad, sin bromas.

–Ay, bueno perdón.

Después de unas dos horas de paciente y relajante meditación Kimico se durmió.

Arcangelist {#EDreamsAwards}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora