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Hacia la media tarde, Jin se encontraba lavando los trastes que había utilizado para comer; le había costado bastante convencer a sus padres de que estaba bien y que podían dejarlo solo para ir a visitar a su hermano mayor, pero tras infinidad de promesas de que si se sentía mal los llamaría, lo había conseguido, solo serían dos días después de todo. La realidad es que le habría encantado ir, pero tenía montañas de tarea que hacer.

—¿Quién dijo que los fines de semana se descansa?— murmuró con pesar mientras se secaba las manos y se dirigía a su habitación; estaba a punto de llegar, cuando de repente un espasmo le recorrió violentamente el cuerpo, provocando que cayera al suelo, completamente inconsciente.

***

Al despertar, de lo primero que se percató el castaño fue que no se hallaba en su casa, sino que estaba en una habitación circular, que al parecer tenía algunas celdas; él mismo se encontraba saliendo de una, siguiendo a una chica rubia que le estaba dando la espalda, y que sostenía un muñeco en la mano...

"Jaehwan me ha llamado justo antes de que ella comenzara a controlarlo... estoy en su cuerpo ahora mismo" pensó Jin, con una mezcla extraña de sentimientos, se sentía eufórico porque su amigo había conseguido hacer que el hechizo de vinculación funcionara, pero por otro lado estaba aterrado de perder el control; con discreción, el chico se forzó a sí mismo a apartar todos los pensamientos de su mente, y a concentrarse en mantener la disociación de la mente de su amigo, a partir de ese momento, todo lo que viera o escuchara sería importante.

—Binnie, será tu turno después— dijo la rubia y Jin, aprovechando que ella le daba la espalda, aprovechó para mirar en la misma dirección que ella, se quedó helado al observar que el chico tenía un montón de vidrios clavados en un brazo, y que su cuerpo se encontraba enredado en varios cables; miró hacia el otro lado para encontrarse con un pelinegro cuyo cabello se encontraba húmedo, lo cual le indicó que él fue el primero en salir a asearse; el chico le devolvió una mirada aprensiva, pero al percatarse de que él lo miraba de vuelta abrió los ojos al tope y los desvío hacia el chico de la otra celda. Jin siguió a la rubia escaleras arriba, memorizando todo lo que su mirada abarcaba.

"Derecha, izquierda, izquierda, izquierda, derecha..." se decía a sí mismo mientras caminaba por la maraña de pasillos, no dejó de hacerlo ni siquiera cuando la chica comenzó a hablar, aunque puso todo su esfuerzo en prestarle atención también a sus palabras.

—... tan bella, una bella casa— murmuró la chica, más para ella que para él —¡Ah! Si ustedes cooperaran, todo sería más sencillo, no habría necesidad de emplear los muñecos todo el tiempo... Olvídalo, sí que la hay, porque tarde o temprano estarán tan unidos a ellos que no podrán librarse de su magia, estarán tan unidos a mí que no querrán irse ni aunque yo les de la libertad... Me amarán, lo quieran o no; se quedarán conmigo por el resto de sus días, lo quieran o no. — Concluyó la chica mirando a Jin, a quien se le heló la sangre al reconocerla; era la misma rubia que había mirado a Eunji de forma tan hostil aquel día en la biblioteca... Ella soltó una pequeña risa y regresó la mirada al frente —Aun así, sé que les preocupa que llegue alguien nuevo y me aburra de ustedes y ya no los quiera, pero mi corazón es grande, ¿Y para qué es el corazón, sino para dar amor a infinidad de personas?— se preguntó, y al castaño se le ocurrió que Eunji tendría una respuesta bastante obvia para esa pregunta, casi podía verla poner los ojos en blanco y decir que el corazón era para bombear sangre y nada más... —Así que no deben preocuparse, ciertamente cuando Taekwoon llegue le daré un poco más de atención por ser el nuevo, pero a ustedes jamás los haría a un lado— agregó, y el castaño casi deja de caminar; estaba comenzando a sentirse abrumado por la magnitud de la situación —. Además, para poder traerlo aquí no quisiera tener que emplear un hechizo más agresivo, quisiera que fuera consciente de lo que pasa de vez en cuando en vez de tenerlo como un vegetal todo el tiempo... Pero, por alguna extraña razón, no consigo que mis conjuros tengan efecto sobre él, sé que el método de las pesadillas es más lento, pero también que es efectivo, le meteré en la cabeza que esa maldita castaña... ¿Cómo la llamó, Eunji? Sí, le meteré en la cabeza que esa tal Eunji es un monstruo, y él se alejará poco a poco de ella; y si eso no es suficiente tendré que hacer cosas más radicales, y cuando logre quitar a esa estúpida de mí camino Taekwoon será todo mío. — Soltó con furia contenida, para luego volverse hacia Jin y tocarle una mejilla con suavidad; por su parte, el castaño permaneció impasible, rogando que ella no notara los latidos desbocados de su corazón. Siguieron caminando un momento más, para luego detenerse frente a una puerta entreabierta, que Jin supuso que era el baño; la chica entró, para después ordenarle a él que lo hiciera —¡Ah! Olvidé decirle a Wonsik que limpiara el cepillo antes de volver a su pequeña habitación. — Comentó la chica, para luego lanzarle una mirada resignada a Jin —Jaehwan, querido, limpia el cepillo y tira los cabellos a la basura— pidió con tono meloso, y una vez que el castaño hizo lo que le pidió, ella sonrió y le plantó un beso en la mejilla que provocó que se le revolviera el estómago —; gracias, ahora comienza a bañarte, iré por una toalla; tienes quince minutos. — Dijo, y acto seguido la rubia salió del baño, cerrando la puerta detrás de ella.

Voodoo dollDonde viven las historias. Descúbrelo ahora