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—¿T-tú qué?— inquirió Eunji, aun sin poder procesar lo que estaba presenciando.

—Lee Danbi, yo puedo encontrarla— repitió el muchacho.

—¿De verdad quieres hacer esto, Hyukie?—

—¿Quieres que le digamos a la pequeña Danbi en dónde estás?—

—¡Cállense! Yo no... no les tengo miedo— exclamó el pelinegro, e inmediatamente dos figuras surgieron detrás de Eunji y Jin; dos mujeres con sonrisas retorcidas, ojos completamente negros y piel derretida en algunas zonas del rostro lo miraron con expresión divertida.

—¿Estás seguro de eso pequeño?— preguntó una de ellas en tono burlón.

—No... ustedes no pueden hacerme nada— respondió Hyuk, tomando cada vez más confianza —, si pudieran ya lo habrían hecho desde hace mucho. —

—Maldito mocoso...— comenzó la otra mujer, pero Jin intervino.

—Está hablando con la gente de las sombras...— balbuceó perplejo, alternando una mirada entre el pelinegro, su amiga y la pared en donde supuso que se encontraban los espectros.

—Entonces sí eres tú— susurró Eunji, mirando a su paciente con estupefacción —; tú eres el médium, por eso ella puso la carta frente a mí...—

—Eso quiere decir que puedes contactar con el espíritu del cuarto chico que fue confinado por Danbi— agregó el castaño, y Hyuk no pudo evitar fruncir el ceño.

—¿Espíritu?— repitió desconcertado.

—Creo que lo mejor será hablar dentro de la habitación— sugirió la castaña, recuperándose de la impresión de escucharlo hablar; era increíble como su tono de voz había pasado de débil a causa de todo el tiempo que pasó en silencio, a uno grave y bastante claro.

—Sí, sí, tienes razón. — Respondió Jin, y luego de que los tres hubieron ingresado cerró la puerta; Hyuk miró a su alrededor, y comenzó a entrar en pánico al notar que las dos mujeres de antes seguían ahí —No te preocupes por los espectros, no pueden tocarte a menos que tú les des permiso; no te dejan en paz porque se alimentan de la energía que proviene del miedo que les tienes, aunque claro está que no pierden la esperanza de conseguir tu alma. — Explicó, y el muchacho solo se limitó a asentir, para luego tomar una gran bocanada de aire; debía controlar el miedo que le tenía a esas cosas como lo hacía desde antes de ser secuestrado, debía olvidar el miedo que se hizo parte de él desde que escapó.

"Revélenle a Danbi mi paradero, eso ya no tiene importancia" pensó, sabiendo que los espectros podían leerle la mente "Volveré ahí por mi cuenta" concluyó, y las mujeres desaparecieron, luego de lanzarle miradas asesinas —Ya no están... ¿Tú las veías?— le preguntó a Jin, que negó con la cabeza.

—No puedo a menos que ellos lo quieran, solo los médiums pueden hacerlo todo el tiempo—

—¿Médium?— volvió a preguntar el pelinegro —¿Cómo la mujer de las cartas?—

—No, ella es solo una vidente, u oráculo, como quieras llamarlo— comenzó el castaño, intercambiando una mirada con su amiga —; un médium también tiene visiones, pero además puede hablar con los muertos y la gente de las sombras, que son esos espectros a los que les temes tanto—

—Puedo verlos desde que era un niño; esas cosas me observaban todo el tiempo, pero jamás me hablaron hasta que llegué aquí. — Respondió Hyuk, pero antes de que siguieran haciéndole más preguntas, volvió a hablar —¿Cómo saben que soy eso que dices, y qué quisieron decir con que yo puedo contactar al espíritu del cuarto chico que confinó Danbi?— inquirió nervioso.

Voodoo dollDonde viven las historias. Descúbrelo ahora