—Joven Cha, ¿Acaso no le corresponde venir el viernes?— preguntó uno de los enfermeros, al verlo caminar por el pasillo.
—Así es, pero por razones escolares tuve que adelantar mi visita un par de días— respondió el chico, sonriendo ligeramente.
—Muy bien, le ha de parecer extraño ver los pasillos tan llenos— comentó el hombre, comenzando a caminar con él.
—La verdad es que sí, sin afán de ofender, creí que sería igual de organizado que los viernes—
—Lo que sucede es que los miércoles los pacientes, con excepción de los que están siendo atendidos por los estudiantes de segundo semestre, tienen algo así como "tiempo libre"; durante dos horas pueden deambular por los pasillos y los jardines sin actividades programadas, siempre con supervisión, claro. —
—Entiendo, me parece que se sienten más relajados así— dijo el chico, observando a las personas a su alrededor.
—Bueno, la medicación y el tiempo libre los ayuda un poco a olvidar que están confinados aquí por algún trastorno; un poco de actividad común y corriente los ayuda a sentirse normales— explicó el enfermero, encogiéndose de hombros.
—Comprendo...— dijo Hakyeon, pero se interrumpió en cuanto al ingresar al ala B, escuchó un grito que se hizo oír por encima del alboroto que parecía haber en uno de los pasillos del fondo.
—¡MALDITA SEA! ¿DÓNDE ESTÁN LOS ENFERMEROS?—
***
Hyuk caminaba descalzo por un jardín, le fascinaba sentir el césped bajo los pies, y de pronto se encontró a sí mismo preguntándose cuánto tiempo tenía sin estar al aire libre; cerró los ojos ante la suave brisa que comenzó a invadir el lugar, pero cuando los abrió ya no se encontraba en el jardín, sino en una maraña de pasillos serpenteantes y de aspecto decrépito. Comenzó a caminar, tratando de aplacar los desbocados latidos de su corazón, pero no pudo contener la oleada de pánico que atravesó su sistema cuando, detrás de él, comenzó a surgir una oscuridad que lo engullía todo a su paso; Hyuk comenzó a correr tan rápido como le era posible, pero la siniestra oscuridad que lo perseguía era tan rápida que ya le estaba pisando los talones; apenas si podía respirar a causa del cansancio y el miedo, y cada paso que daba comenzaba a dolerle; no supo cuánto tiempo duró corriendo, pero llegado a un punto, ingresó a una sala circular con cuatro puertas, apenas había puesto la mano sobre el pomo de una de ellas, cuando una risa estridente envolvió todo el ambiente y la oscuridad finalmente lo alcanzó...
—Oh Hyukie, te he extrañado tanto— dijo una voz femenina en tono meloso.
—No... no eres real... esto es un sueño...— balbuceó el pelinegro asustado —¡Yo escapé!—
—¿Lo hiciste Hyukie?— inquirió otra voz, esta vez masculina, en tono burlón —¿Entonces qué hacemos aquí? ¿Cómo es que sabemos en dónde estás?— Hyuk se cubrió los oídos con las manos, obteniendo por respuesta que un coro de risas estallara en su mente.
—Pobre, pobre Hyuk, aún cree que taparse los oídos funcionará—
—¿Es divertido el sanatorio?—
—Yo creo que no, tiene que ser aburrido... ¿Quieres que le contemos a ella dónde estás?—
—¡DÉJENME TRANQUILO!— gritó el muchacho, tratando de correr en vano por la inmensa oscuridad.
—¿Qué tal algo de diversión?— preguntó otra de las voces, y acto seguido, la luz regresó al lugar; Hyuk dejó escapar un grito al darse cuenta de que se encontraba nuevamente en el mismo lugar del que había logrado escapar hacia algunos meses.
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Voodoo doll
FanfictionMuñeco Vudú: Objeto de apariencia inocente, comúnmente utilizado para acceder al alma de una persona.