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—Jungkook?..— Se giró.

Su viejo enseñante, Yiruma, estaba ahí, en el pasillo donde él hace mucho años había tocado sus primeras piezas.
—Hola, Yiruma.

Yiruma enseñaba con Jungkook en la iglesia y en el conservatorio. Era ruso y vestía en un modo anticuado. [..] Se abrazaron.

—En que pensabas?

—Porque?..

—Tenías una expresión.. tu sonrisa desapareció..— "y por un momento parecías viejo como yo." Quiso agregar pero sabía que esto posiblemente lo habría herido.

—Oh..— Le sonrió. —Algunas cosas que olvidé hacer..

—O a esas cosas que dejaste de soñar—
Yiruma no lo dejó responder y siguió.
—Tienes una talento especial y particularmente tu inocencia era linda.

—Cuál inocencia?

—Esa de encontrar natural la capacidad de tus dedos..— Le tomó las manos.       —No olvido que juntos preparamos y tocamos Rachmaninov.. y tenías solo diecisiete años. Ahora los noto cansados, arruinados. Y sobre todo..— lo miró a los ojos. —te veo culpable.

—No hice nada.

—Es esa tu culpa. No hiciste nada.

Jungkook se puso serio. —Te dije que volvería a tocar más. Fué una promesa por él, por su vida. Rogué por esto y renuncié a la cosa más hermosa que tenía, renunciar a otras cosas habría sido facil.. espero que él un día pueda volver caminar y yo volver a tocar. Pero por ahora no es posible.

Yiruma tomó ese "por ahora" como un poco de esperanza, una posibilidad. [...]

—No eres culpable de renunciar a la música, eres culpable por renunciar a la vida.

Y se quedaron en silencio ahí, en el pasillo de donde Jungkook había comenzado a aprender a tocar el piano desde los seis años. Él era el único entre sus compañero capaz de tocar: Dodici studi trascendentali.

Yiruma lo miró con dulcura y continuó.
—Aunque los matrimonios y las historias más bonitas de amor acaban, pero no por esto no fueron importantes, casi siempre se esfuerzan por entender de quién fué la culpa, cuando a veces no es de nadie. Como sucedió contigo Jungkook.

Jungkook bajó la mirada tratando de buscar tranquilidad, así como los pianistas que buscan el silencio del publico. Luego simplemente le sonrió debilmente. —No puedo.— Y esa sonrisa que buscaba la aprobación de su maestro, no la encontró. Yiruma no entendía.

Jungkook se alejó velozmente por el pasillo, comenzó a correr, bajó las escaleras, abrió la puerta, y salió del conservatorio. Estaba fuera, entre la gente, a la luz del día. Parado en la plaza, mientras las personas caminaban, algunas entraban al bar, algunos en la libreria, varias personas esperaban en la parada del bus.

"Esto." Pensó. "Quiero ser así, ignorado, desconocido, no quiero fama ni suceso, no quiero ser el pianista perfecfo, no quiero que se ocupen de mi, no quiero preguntas, tampoco encontrar  respuestas.

Comenzó a caminar tranquilamente, como si fuera invisible, no sabiendo que pronto se encontraría afrontando la pregunta más dicicil de su vida.

¿Quieres ser de nuevo feliz?

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El hombre que no quería amar - Taekook [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora