Capítulo 31

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Ariana se encontraba furiosa.

Posiblemente nunca antes había estado más llena de furia.

Quería gritar, quería golpear algo.

La violencia que sentía en su sangre la tenía a punto de rabiar.

¿El motivo?

Aquella maldita revista que tenía en las manos con aquella maldita nota en primera plana donde aseguraban que Nathan Sykes, el joven, apuesto y exitoso empresario, era el padre de su hijo. Fruto del gran amor que los unía, y el motivo por el que había retomado su relación y los planes de casarse.

Junto a aquellas líneas se encontraba una fotografía de ambos en un evento del año pasado. Estaban abrazados, y sonreían para la cámara.

–¡Maldita sea!– exclamó la cantante, y un segundo más tarde la revista causante de todo su enojo se encontró apuñalada cientos de veces por un bolígrafo.

Hecha jirones, Ariana la arrojó lejos de ella, y se dijo que tenía que tranquilizarse.

Tenía que mantener la calma y no actuar impulsivamente como había hecho en otras ocasiones.

Inhaló y exhaló aire, haciendo grandes esfuerzos por no enfurecer aún más.

Lo consiguió por momentos, sin embargo tuvo la ligera sospecha de que en cualquier momento cometería alguna locura como salir a revolotear todo en las oficinas de aquella revista de chismes.

Sin duda el encierro ya estaba afectándola demasiado.

Prontamente sacó su celular y comenzó a marcar.

A los pocos segundos respondieron a su llamada.

–¿Kylie? ¿Puedes venir a la finca?–

Bastaron veinte minutos o quizás menos para que su amiga estuviese ahí tal y como se lo había pedido.

–Muchas gracias por venir– le dijo Ariana.

La pelinegra negó de inmediato.

–Ni siquiera lo menciones, sabes que siempre estaré para ti cuando lo necesites. ¿Qué es lo que ocurrió?–

–Eso es lo que ocurrió– la castaña señaló la revista destrozada tirada en el suelo.

Frunciendo el ceño, Kylie se inclinó para ver de qué se trataba. Acomodando los pedazos de papel consiguió visualizar la fotografía de quien había sido la parejita del año hacía algunos meses.

–Eres tú y Nathan– le dijo.

Ariana asintió.

–Esa maldita nota asegura que él es el padre de mi bebé. ¿Puedes creerlo, Kylie? ¡¿Con qué derecho se atrevieron a escribir algo así?! ¡Quiero demandarlos!–

Kylie se acercó a ella para tranquilizarla, y enseguida negó.

–No, no, Ariana. Demandarlos sería envolverte en más escándalos. ¿Qué más da si los medios están asegurando que Nathan es el papá de tu hijo, si no es verdad? Una sola palabra tuya bastará para que lo desmientas. Estoy segura de que Scooter y tu publirrelacionista se encargarán de eso. Mientras tanto tú debes permanecer tranquila. Recuerda que toda emoción mala le afecta al pequeño. Vamos, cambia esa cara–

Ariana consiguió calmarse porque se dio cuenta de que su amiga tenía razón. Sin embargo no lograba sentirse mejor.

–Kylie, necesito salir de aquí– le dijo en tono desesperado.

La pelinegra asintió.

–Bien, salgamos, al cine, al boliche, a donde tú quieras pero te advierto que a donde vayamos, habrán reporteros intentando hablar contigo–

Corazón Rendido® (AG 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora