El Ascenso de la Reina

Traiciones

Tardaron media hora más o menos en pisar tierra firme.

Los tripulantes bajaron en fila india un poco confusos con el paisaje que se alzaba ante ellos...

Un gran bosque virgen, de árboles negros como el alquitrán y piedras volcánicas que otorgan al suelo un e tramo color rojizo.

El clima es opresivo. Los ropajes pesan excesivamente.

Los pulmones luchan por recuperar la normalidad.

Están en el mismísimo Infierno.

- Veamos que ha sido de nuestro castillo.

De la nada, Cora hace aparecer un portal frente a ellos.

Regina se enerva de una forma considerable.

- ¡¿HAS TENIDO MAGIA TODO ESTE TIEMPO?!

- Por supuesto que sí

- ¡¿Y por qué demonios hemos pasado TRES días en este navío asqueroso?!

Ante tal vejación, Garfio se ve obligado a intervenir.

- Discúlpeme EX- REINA MALVADA, mi navío no tiene nada de asqueroso. Si algo lo ha ensuciado, ha sido vuestra desagradable presencia.

- ¡¿Acaso buscas que te corte la otra mano, pirata?!

- Lo estoy esperando.

La mujer no lo duda ni un segundo y se dirige hacia Garfio, pero Cora para la pelea en el acto.

- ¡Basta ya! No utilicé la magia porque no sabía en qué estado se encontraba la tierra alcanzada por el hechizo.

Ambos rivales se separan definitivamente, pero Cora y su hija continúan discutiendo como la Reina de Corazones y la Reina Malvada.

Leopoldo se aparta de la discusión para evitar que le salpique la reyerta.

Daniel, sorprendido por los arranques de ira de su "dulce e inocente Regina", se pone al lado de Shayna, que sujeta en brazos a Henry, que duerme plácidamente.

- Shayna...

Habla en voz baja, evitando que nadie los escuche

- ¿Qué?

- Regina... A ver cómo te digo esto...

La guardiana esboza una sonrisa dulce y comprensiva.

- Habla tranquilo, yo soy una tumba...

- Esos arranques de ira... ¿Son frecuentes en ella o...?

La joven ríe nuevamente

- No te preocupes. Si no la importunas, no muerde.

Dejando confuso al hombre, Shayna da unos pasos para adelantarlo mientras reprime una sonrisa cómplice.

Pero Daniel se vuelve a acercar

- ¿De verdad Regina es así?

Ambos comienzan a charlar de forma amistosa.

Garfio se dirige con disimulo al portal.

- ¡PIRATA! ¡¿A dónde te crees que vas?!

- Mientras las reinas discuten, yo voy a buscar una forma de volver con mi hija

- De eso nada, Garfio. Mi hija tiene razón. Antes de ti vamos todos los demás. El trato alcanzaba hasta encontrar tierra firme.

- Querida Cora, dudo mucho que este suelo permanezca firme mucho tiempo.