El Ascenso de la Reina

Amenazas

Los Segundos, unidos y resistentes como caballeros mercenarios, llevan casi a rastras a la comitiva de presos hasta el Salón de Audiencias de Tiempo.

- Sois los primeros en utilizar este maravilloso Salón.

Regina y Rodio se sacuden el polvo de la ropa, Daniel se ajusta la cuerda de los pantalones y Shayna peina su maltrecha trenza mientras mira con rencor a Tiempo Relativo, que acude junto a su padre con gesto despectivo y prepotente.

- Os ofrecería asiento, pero eso significaría que sois dignos de estar en mis dominios.

Rodio da el primer paso en nombre del grupo

- ¡¿Qué demonios quieres de nosotros?!

- Aquí las preguntas las hago yo, Rodio

- ¿Cómo sabes mi nombre?

- Sé los nombre de todos vosotros. Vuestras vidas, vuestras muertes... Lo sé todo sobre vosotros. Y no hubiese tenido ningún problema en cerrar vuestros relojes si no fuera porque hoy me siento generoso...

Rodio se pone a la defensiva, pero antes de que pueda responder al villano, Regina se adelanta y, respaldada por Daniel, da unos pasos hacia delante dispuesta a estrujar el corazón de ese engendro que cree que va a amedrentar a la Reina Malvada.

- Pues es una lástima, porque nosotros no somos nada generosos. Y no creo que a tu hija le haga gracia ver cómo me deshago de su padre delante de sus narices.

Los ojos de Tiempo adquieren un peligroso tono azul brillante mientras se sienta con cuidado en su trono. Tiempo Relativo permanece de pie junto a su padre, observando, lanza en mano, a los enemigos, dispuesta a atacar en caso necesario.

El villano saca del interior de su capa, un reloj de bolsillo de bronce y se lo muestra a Regina y compañía, que lo miran recelosos.

- Querida niña, vas a tragarte todo lo que has dicho. No estás en posición de amenazar a nadie

- ¡¿Quieres que lo comprobemos?!

La mirada de Tiempo enloquece, poniendo en alerta a su hija

- Padre...

- ¿No piensas retractarte de lo que has dicho?

Saca un reloj de bolsillo, de bronce y tomándolo por la cadena deja la caja suspendida en el aire, como si sostuviese un péndulo...

- ¡¿Padre qué hacéis?!

- ¡Cállate Rel! ¡Esto no va contigo!

- ¿Piensas que vas a comprarme con una baratija?

Tiempo sonríe con suficiencia

- Esto, ignorantes, es el reloj de la vida de Henry Mills.

Todos dan un paso atrás de forma inconsciente, como si el hecho de haber pronunciado el nombre de Henry hubiese convertido el reloj de bronces en un arma letal.

- Cuando el reloj se cierre, el chico morirá en el acto.

Comienza a reír de forma terrorífica.

- No puede ser...

- Claro que puede ser, doña "No puedes contra nosotros". Ahora soy yo quien lleva las riendas de todo y vais a hacer lo que yo os diga.

- Creo que no

Los presentes se vuelven hacia Rodio, que se acerca desafiante al trono

- Creo que te estás tirando un farol

- ¡¿Ah, sí?! ¡¿Eso crees?!

- Creo que ese reloj no es de Henry

- Bien, comprobémoslo