LuHan se despierta y estira su cuerpo buscando el calor de MinSeok, su pareja. Pero MinSeok no está.
Abriendo los ojos, LuHan observa la habitación. Es de día, la luz que entra a través de la ventana es la prueba de ello al igual que el reloj marcando las ocho de la mañana.
Frunciendo el ceño, LuHan se levanta y sale de la habitación. Bajando las escaleras, le da una rápida mirada a sala. MinSeok tampoco está allí.
Pasando de largo, LuHan se dirige hacia la cocina, y es cuando finalmente encuentra a su pareja.
Suspirando es como LuHan expresa su sentir.
MinSeok se encuentra durmiendo con su cabeza sobre los libros y con el cuerpo desbaratado en la silla. Al menos, cree LuHan, tuvo el suficiente cuidado de abrigarse con una colcha para no pasar frío.
Acercándose, LuHan pone la cafetera y empieza a preparar unas tostadas con mermelada. No es hasta que tiene todo listo que camina hasta MinSeok y le besa la mejilla, despertándolo.
—Buenos días —Le dice mientras le ve refregarse la cara, confundido. —Volviste a pasar la noche en la cocina, MinSeok.
Es domingo, y al día siguiente MinSeok tiene un examen importante, por lo que ha pasado la semana desvelándose.
—Lo siento —Le dice MinSeok, estirándose un poco para besarle los labios —Esta materia es demasiado teórica. —confiesa, lanzando un suspiro —Odio didáctica.
LuHan, sacudiendo la cabeza y poniendo el café más las tostadas sobre la mesa, se sienta enfrente de MinSeok.
—Siempre dices eso. Pero lo cierto, es que la materia te gusta. —MinSeok le sonríe y agradece por el café. —Sólo espero que apruebes. Y no me dejes durmiendo solo otra vez.
—Es mi último año. No sucederá de nuevo. —Tal vez, preocupado, MinSeok agrega algo más —Te amo.
—Yo también te amo.