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Universo Semi-Canónico

Saeyoung y MC no sabían que Roma tenía tantas calles por las que podrían perderse

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Saeyoung y MC no sabían que Roma tenía tantas calles por las que podrían perderse.

Tras varios meses de trabajo, la pareja había pensado que no debía ser tan mala idea tomarse una vacaciones en el extranjero. Por lo que después de planearlo por varias semanas salieron a sus ansiadas vacaciones.

El primero día transcurrió con  normalidad, si así se podía decir. Llegar a un país totalmente diferente, y sacándoles de su rutina, no podía ser algo totalmente normal. Después de aterrizar en Italia, se dirigieron al hotel. Tras tantas horas de vuelo se sentían agotados, por lo que simplemente bajaron a cenar a un restaurante que había cerca del hotel y volvieron a descansar.

Como ya lo había dicho, dentro de lo que cabía, un día normal.

Los problemas habían llegado cuando el segundo día salieron a hacer turismo.

Recorrieron parte de la ciudad con calma, pero llegada la hora de buscar un lugar para cenar empezaron a meterse entre callejuelas estrechas para encontrar un restaurante en el que el pelirrojo se había empeñado cenar. La comida del restaurante estaba buena, no lo iban a negar, pero no podían encontrar el camino de vuelta.

Hubiese sido más fácil si sus móviles tuviesen batería, pero esto no era así. Además de eso, tampoco podían comunicarse muy bien con los lugareños, por lo que les quedaba caminar entre esas calles en busca de salidas.

—Creo que es por aquí—dijo Saeyoung colocando bien sus gafas sobre el puente de su nariz.

—Ya hemos ido por ahí—respondió MC frustrada.

—No, fuimos por allí—negó el chico.

—Estoy segura de que ya hemos ido por ahí—habló la castaña.

—Así no vamos a llegar a ningún lado—se quejó Saeyoung.

—Perdona pero no era yo quien quería comer en un restaurante que se encuentra en el culo de Roma.

—Pero tu tampoco te negaste—resprochó.

—No quería romper tu ilusión—MC contraatacó.

Al parecer la situación tenía que ser cómica ya que dos ancianas que pasaron por su lado rieron por lo bajo al ver su situación. Ambos estaban avergonzados, su dignidad se había visto afectada. Pero ninguno quería dar su brazo a torcer por lo que simplemente desviaron la mirada y siguieron buscando el camino entre cortantes respuestas.

No estaban enfadados en realidad, pero ambos querían tener la razón como unos niños caprichosos.

Finalmente, tras seguir a un grupo de gente, consiguieron salir de las estrechas calles. Llamaron inmediatamente un taxi, pero seguían teniendo un duelo de miradas, queriendo dar a entender al otro que tenían la razón, incluso habiendo salido ya del aprieto.

Cuando por fin entraron en el taxi, se sentaron con un asiento de separación. En las calles había mucho tráfico, por lo que estuvieron parados en un atasco por un par de minutos.

Ella lo miró de reojo, pillándole haciendo la misma acción. Ambos desviaron la mirada. Segundos más tarde, fue ella la que fue pillada ante tal acción. Eso le causó algo de gracia a MC, por lo que soltó una pequeña risita, llamando así la atención de su novio.

Él, al ver en su rostro una sonrisa, tampoco pudo evitar sonreír.

—Venga, ven aquí—dijo Saeyoung palmeando el asiento a su lado.

Aprovechando que estaban en el atasco ella se sentó a su lado, apoyando su cabeza en el hombro del pelirrojo. Él, en cambio, pasó su mano por sus hombros y la atrajo más a él. Aprovechó esa cercanía para besar su cabeza.

Ella agarró la mano libre de él y comenzó a hacer trazos aleatorios con sus dedos, provocándole leves cosquillas al más alto.

—Ha sido una discusión muy tonta, lo siento—dijo ella.

—Yo también lo siento—respondió él—. Pero era muy divertido ver como fruncías el ceño e intentabas parecer enfadada, tenía que aguantarme la risa.

—Ey—casi exclamó la chica girándose a encararle—. ¿Pues sabes qué? Más divertido era ver como cada dos segundos colocabas bien tus gafas como si se te fuesen a volar o algo.

—Pero yo eso no puedo evitarlo, es un tic—se rio Saeyoung, y MC se unió a él.

Después de unos segundos las risas cesaron, pero las sonrisas no desaparecieron de sus rostros.

—Te quiero—confesó MC.

—Yo también te quiero, princesa.

Después de esas palabras compartieron un tierno beso, y antes de que se diesen cuenta, estaban de nuevo en movimiento.

Después de esas palabras compartieron un tierno beso, y antes de que se diesen cuenta, estaban de nuevo en movimiento

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Seven Zero Seven! 《✩》 Saeyoung ChoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora