- Dos y dos son pez y oso por oso son tres -

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Mi error en esos momentos, no fue haberme sumergido aproximadamente quince minutos en las frases cortas y respuestas casi tajantes de mi última conversación con Golden por teléfono después del incidente de la pizza, más bien, mi error fue haber ignorado a Chica, que enojada; me tomo de la oreja haciendo que mi cuerpo se doblará todo como una lata aplastada hacia la derecha para tomar aire y gritarme a todo lo que su aguda voz y sus pequeños pulmones le diera.

— ¡Freddy! ¡Deja de ignorarme y pon atención a lo que te hablo! — me fue imposible no regresar de sopeton a la realidad con semejante jalón de orejas, las cuales sensibles por naturaleza se tensaron adoloridas. Creó que me han destruido el tímpano.

— ¡Auch! ¡Auch! ¡Auch! — me aleje de Chica que me miraba con el ceño fruncido y los ojos brillando en rabia. Era verdad que me distraje de su largo parloteo, pero es que mi mente no pudo evitar divagar.

— ¡Te lo has buscado! — afirmó, bufé haciendo que se enojara más. Ahora, mi pobre pie era víctima de un pisotón terrible. Acabe por sujetar mi pie y empezar a saltar en una pierna como si esto de alguna manera aliviará el dolor.

— ¡Pero basta! ¡Lo he comprendido ya! — exclamé al borde del llanto, la gente a nuestro alrededor se reía o me miraban con pena. Escuché incluso a dos chicas hablando de la graciosa pareja que hacíamos. Chica ha suspirado, como si aquello la relajará, la ira de sus orbes púrpuras se ha disipado para mí alivió.

— Has estado actuando raro, Freddy. Tu no eres así — me dijo calmada —. Te ves distraído, atotontado y algo enfermo. Me preocupas — confesó, me sentí avergonzado.

— Perdona Chica — le contesté —. No quería ser distante o algo por el estilo, solo que he tenido un tsunami cerebral — aquello no sorprendió a Chica sino que más bien le divirtió.

— ¿No será que alguien está he, ene, ha, eme, ho, erre, ha, de, ho? — aquello me saco un sonrojó, probablemente muy notable, porque Chica extendió sus alas y su rostro mostró asombró. Evidencia suficiente de que su jugarreta fue un acierto al clavo de los hechos que le he mantenido oculto.

Oh diablos, eso no la hará feliz.

— ¡¿De verdad?! — chillo entre el horror y la sorpresa, también sonriendo de esa forma extraña que solo ella podía. Sonreí tímidamente, incapaz de hacer otra cosa y oculte mi rostro con las palmas de mis manos al no poder refugiarme tras el montón de cabello que solía tener antes de que Toddy me "desarmara el nido".

— ¡Lo siento! — dije sin pensar, más ella solo me sonríe.

— Disculpate cuando me lo presentes, porque seguramente elegiste a alguien que no te conviene — le miré mal apunto de responder más ella prosiguió —. Pues tienes pésimo gusto.

— ¡No me faltes el respeto! ¡Mis gustos no son malos! — aseguré con orgullo.

— Si que lo son, no se me olvida la pizza de espinacas y rábano.

— ¡¿Que iba a saber yo que quedaría tan raro?! ¡Tenía que probarlo por el bien de la curiosidad! — defendí mi posición ante todo —. Además, tu eres mi mejor amiga, así que mi gusto es bastante decente ¿No?

— Pues en eso no te lo contradigo, he sido tu mejor elección y más grande hazaña.

Nos reímos, siempre acabábamos así. Era imposible ser serios estando los dos.

— Bueno, pero dejando las bromas y tú romance ¿Donde están Foxy y Bonnie? — dijo Chica —, ya van diez minutos de atraso.

— Bonnie iba por Fede a su casa, así que dudo que llegue temprano considerando que me lo dijo ayer — sonreí con ironía — Foxy no tiene escusa.

- Biblioteca - [Golden×Freddy] [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora