Capítulo Uno

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Hacia pocas semanas había cumplido los 19 años, mamá parecía estar maravillada en nuestro vecindario. Era el típico lugar inglés donde todas las casas son similares, a veces me pregunto como distingue la nuestra... dos años después y yo aún confundo la casa con la del vecino. Había nacido en Estados Unidos, pero a los dieciséis nos cambiamos... nos mudamos de país porque a mi padre lo habían transferido de un lugar a otro y como toda familia unida se decidió porque todos nos instalemos en esa casa de Londres

—Es tu último verano aquí, Emma. ¿ya sabes que es lo que harás?— preguntó mi madre, una mujer muy atractiva, con sus labios no tan gruesos ni tan finos de un tono rojizo natural, aún a pesar de su edad no tenía demasiadas arrugas; al no responder de inmediato se volteó a verme, yo apoyada en la encimera la observé por sobre mis lentes

—Dan y Alex están ocupados con sus estudios, señora Lambert— respondí con una leve sonrisa, sabía que le molestaba que la llamara así pero era mis últimos meses aquí por lo que probablemente no protestaría... y sí, comparto apellido con el cantante Adam Lambert pero no tenemos relación alguna

—Pero de igual forma pueden pasar tiempo juntos ¿no?— habló aquella mujer de cabello castaño claro en medio de la cocina

—Sí, no sé... supongo —dije no tan convencida antes de suspirar—. De todos modos, estuve pensando en tomar un trabajo de verano... como para obtener algo de dinero— hablé momentos después cambiando de tema, y volviéndome a apoyar en la encimera

—Esta bien cariño, es una forma de comprender como todo se gana en base a esfuerzos —comentó mi madre y continuó con su trabajo en la cocina. No me moví del lugar pero sí me quedé en silencio observando a mi mamá, tratando de captar cada rincón de su rostro en mi memoria... pues los próximos cinco o seis años no la tendría cerca ya que me iba a estudiar a Estados Unidos, y no quería olvidar su rostro. Estar lejos de tus padres puede ser muy doloroso, pero al menos así ella estaría en mi—. Deja de observarme, me pones nerviosa— habló muy pronto y comencé a reír

—¿Qué harás sin mi tanto tiempo?— pregunté acercándome a ella para besarle la frente en una muestra de cariño

—No lo sé, molestar a tu padre quizás— respondió y comenzó a reír por sus dichos. 

Unos cuantos días mas tarde salí a recorrer la ciudad, observando las tiendas que pedían algún empleado eventual, para la temporada de verano que estaba comenzando. En cada lugar al que ingresaba, el encargado me decía que no necesitaban gente o que ya habían contratado... así fue como terminé en las animadas calles de Soho London, en ese lugar podías encontrar lo que buscabas además de ser muy concurrido a causa de los restaurantes, tiendas y teatros que se concentraban en esa zona. Caminé por allí y me encontré con una tienda de libros muy particular, no parecía muy moderna que digamos pero tenía el cartel de que necesitaban un empleado; había estado en esa zona dos o tres veces por los excelentes bares y cafeterías nocturnos, nos sabíamos reunir con Dan y Alex allí a pasar el tiempo. Ingresé a la tienda con una pequeña sonrisa, entre aterrada y nerviosa, un hombre de cabello corto enrulado y blanco se me acercó de prisa

—¿Desea algo señorita?— habló de forma suave, torpemente me presenté

—Hola, soy Emma Lambert y venía por el cartel que dice que se necesitan empleados— tartamudeé un poco, pero al final me terminé relajando

—Oh sí, eso.. bueno es solo temporal, por la temporada de verano— respondió el hombre casi de inmediato, me alegré ya que era lo que estaba buscando

—Si, esta bien señor...— hablé pero me quedé en blanco ya que él no me había dicho si nombre por lo que con una sonrisa encantadora habló

La Encrucijada Del DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora