Capítulo dieciocho

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[Por Crowley]

Después de semanas sin saber nada de mi viejo amigo, me tomé el tiempo de ir hasta la tienda de libros para al menos saber que se encontraba bien. Ingresé en el lugar en pleno silencio buscando al ángel pero no lo encontré de inmediato

—¿Aziraphale?— hablé pregunté por él viendo hacia todos lados

—¿Crowley? —oí de pronto desde entre los estantes, salió de allí para encontrarse  conmigo— qué sorpresa que estés aquí, creí que te habías ido de viaje o algo de eso— agregó luego con una pequeña sonrisa... sinceramente era hermoso verlo sonreír, disipé esos pensamientos casi de inmediato para dirigirnos a la trastienda

—Perdón, estuve ocupado con algunos asuntos— respondí con una pequeña sonrisa pero con algo  de tristeza luego de que prácticamente Emma dejara de hablarme de la noche a la mañana

—¿Te encuentras bien?— cuestionó el peliblanco trayendo dos tazas de té, suspiré un poco pero al final volví a mentirle es que no quería preocuparlo por cualquier cosa que me sucedía

—Sí, son solo cosas del trabajo que me preocupan un poco pero también me hacen pensar— respondí cogiendo la taza de te... en el intercambio de vajilla nos tocamos nuestras manos por accidente, pude ver al ángel se sonrojó y de seguro yo también

—Pero no pareces estar bien, hay algo que te preocupa de sobremanera— respondió mientras retiraba su mano casi de inmediato

—Vamos, sabes que a veces pienso en cosas que preocupan y luego todo esta bien —mentí con una sonrisa, sabía que sería difícil que se trague aquello—. Lo que sí estuve pensando bastante en estos días fue tu frase— comenté momentos después

—¿Mi frase?— cuestionó clavando sus grisáceos ojos en mi, después de tanto tiempo hizo que vuelva a estremecerme como en el pasado... no me parecía justo pero al final dejé aquello de lado para responder

—Sí, tu gran frase que solías decirme... "Emma es humana", al final de todo comprendí porqué lo hacías —aunque me parecía egoísta ya que parecía no querer verme feliz por algunos— comprendí que con el paso del tiempo ella envejecerá y al final morirá— agregué al final, el peliblanco me observó atento bastante sorprendido

—Sé que suena egoísta pero te cuido. No me gustaría verte mal por eso, es bueno saber que lo has visto por tus propios ojos— habló Aziraphale tomando mi mano, me ruboricé pero era la primera vez que se atrevía a eso

—¿Estas bien, ángel?— pregunté un poco curioso y un poco preocupado.

El peliblanco sonrió ampliamente, era una de las pocas veces que lo veía de esa forma y algo en mi me hacia pensar que me agradaba

—¿Si estoy bien? Crowley que cosas dices, claro que estoy bien. Tu eres el que está muy extraño— respondió acercándose un poco más a mi, se estaba comportando muy diferente a la última vez que hablamos

—Aziraphale ¿que te sucede? acaso es una enfermedad de los ángeles que se ponen muy cariñosos— hablé sin comprender que sucedía, de pronto el ambiente cambió... ahora era más serio que antes

—Crowley, es importante que hable contigo— comenzó a hablar

—Lo ves, sabía que algo sucedía— dije entre bromas pero cuando me tomó las manos y clavó sus ojos una vez mas en mí, cambié mi semblante por uno más serio esperando para oír lo que tenía para decir

—Bueno, en verdad esto me pone un poco nervioso— dijo el ángel pero al final volvió a ponerse serio

—Sabes que puedes decirme cualquier cosa— comenté poniéndome nervioso, suspiré levemente esperando sus palabras por lo que comenzó a hablar

La Encrucijada Del DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora