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El peligro en persona.

Leí todo lo que había escrito. No tenía nada. Jodí la entrevista porque no pude callar mi puta boca, y que por tantos años Namjoon me enseñó a usar a mi favor. Cerré la página en el computador y tomé aire profundamente. Mi cabeza cayó mientras me permití cerrar los ojos un minuto. Estaba jodido, Namjoon iba a matarme y mi lento progreso en la revista iba a quedar en nada.

Noté como la secretaria personal de Namjoon caminaba a mí escritorio. Todo el lugar estaba abierto así que pude verla desde que salió de su escritorio. Marion, extranjera que llevaba viviendo en Corea un montón de tiempo.

—¿Necesitas algo? —le dije suavemente.

—¿Por qué Suga tiene tu celular y por qué llama al celular de Namjoon? ¿Estás en problemas?

—¿Qué? —murmuré.

—El actor porno que fuiste a entrevistar...

—Entendí. No soy retrasado. Iré a responder —comenté mientras iba a su escritorio y atendí el móvil de Namjoon—. ¿Suga?

Detrás mío venía la chica curiosiando. Tuve la mala suerte de que justo hoy Namjoon le pidió a su secretaria cuidar de su móvil. Eso era estar jodido.

—Park Jimin —ronroneó el intrépido muchacho al otro lado—. Se te olvidó tu celular y tus preguntas.

—Oh sí, se me olvidaron... cuando me echaste —dije amargamente intentando que la entrometida de Junha no escuchara.

—Cuando Taehyung te echó. Sí, como sea, si lo quieres ven por él —dijo.

Sentí que hablaba con un niño, uno malcriado.

—¿No puedes simplemente enviar a alguien? Los adultos trabajamos.

—Sí, igual yo. Que no sea un trabajo que apruebes no significa que no es un trabajo, imbécil —el cambio en su voz fue notable, lo molesté y lo conseguí—, y no tengo todo el día. Vienes a buscarlo o no, te quedas sin trabajo —y como si fuera poco cortó la llamada dejándome con las palabras en el aire.

Ya había captado su carácter. Demasiados extremos y mucha impulsividad. Un arma cargada o un lindo y feroz Chihuahua.

—¿Y entonces? ¿Vas a decirme o haremos como si yo no hubiera escuchado que dormiste con él? —molestó Marion desde su asiento fingiendo tener la atención a su computadora.

—Alto —lancé un dedo para jurarle y detener su mente de ideas que podrían terminar en chismes—. ¡No! ¡No dormí con él! En medio de la entrevista se molestó por una pregunta y me corrió. Mi celular cayó en el proceso. Quiere que vaya a buscarlo —aclaré.

—Suerte con eso —me sonrió riendo.

Dicho eso, realmente le puso concentración a su trabajo y yo volví al mío. Investigué algunas cosas para otro reportaje de la revista. Pasó un buen rato, incluso había bajado un tanto el sol. Fue entonces cuando llegó una notificación de un mensaje. Tenía una hora para estar en la café cercano a mi departamento y a la oficina. ¿Una hora? Tenía tiempo de arrepentirme. 

Antes de salir, caminé con miedo a la oficina de Nam y esperé a que resolviera su asunto. Sujetos salieron de su oficina y entonces pasé.

—¿Qué quieres? —preguntó.

Le sonreí.

—Quizás jodí las cosas con Suga —pensándolo bien eso no se escuchaba bien—. No, no me lo follé pero crucé un límite. Me echó y se quedó con mi celular —volví a sonreírle. Nam como jefe, era algo de temer. 

bajo su piel ❀ jimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora