08.

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Había perdido la cuenta de cuantas veces se había vuelto a despertar después de su accidente. Aunque a esas alturas no lograba recordar casi nada, ni siquiera la forma en la que había llegado ahí o de qué manera había encontrado al delgado que lo estaba viendo cuando despertó.

— Hola... —susurró al verlo despierto.

Wonho se removió en el suelo sintiendo su cuerpo entero doler por algún motivo. No tardó en dirigir su mirada hacia distintas partes de su cuerpo, incluyendo sus brazos donde su ropa térmica no cubría. Tenía picaduras de insectos, sus heridas seguían siendo notorias igual que el ardor en ellas y su cuerpo en general se sentía agotado.

— Esto se vuelve más difícil... —respondió con una voz apenas audible gracias a que su garganta seguía seca debido al tiempo que permaneció inconsciente.

— Todo mejorará... —respondió el delgado con una leve sonrisa— sé fuerte.

Wonho asintió.

— Quiero creer que es...

— ¡Wonho! —escuchó a lo lejos— ¡Wonho! ¡Por favor, responde si me escuchas! —gritó otra voz que no sabía distinguir.

Se quedó en silencio sin saber que hacer viendo hacia donde estaba el delgado como si quisiera pedirle opciones sobre qué debía hacer en aquel momento.

— ¿Escuchaste eso? —preguntó en un susurro hacia el delgado— nos están buscando... Eso creo.

Entonces se quedaron en silencio de nuevo en busca de escuchar nuevamente las voces que habían oído con anterioridad.

— No puedo oír nada. —respondió finalmente a la pregunta que Wonho le había hecho minutos atrás.

El mayor lo vio fijamente y después asintió con tristeza. De alguna manera todo parecía que aquellas voces simplemente eran un tipo de espejismo creado por su mente a causa de la desesperación y nada más.

— Podría jurar que...

— ¡Wonho! —volvió a escuchar esta vez a una distancia menor— ¡¿Me escuchas?! ¡Por favor danos una señal, vamos a sacarte de aquí!

En aquel momento no tuvo dudas. Quizá sentía que ya no había tiempo para seguir dudando, quizá era tiempo de accionar a algo, incluso aunque aquello fuera algo irreal, debía intentarlo y convencerse a sí mismo.

Se levantó del suelo con mucha dificultad para finalmente quedar sentado, intentando mover sus extremidades que dolían más que nunca. Además estaba casi seguro que tenía alguna costilla fracturada y a juzgar por la resequedad en su piel y labios, también estaba seguro de que estaba deshidratado. Pero aunque se sintiera débil, sabía que sus ganas de estar a salvo eran mayores que cualquier cosa.

Después de ponerse de pie con ayuda de un tronco cercano, se dispuso a esforzarse un poco, tanto mental como físicamente para ir en busca de las voces que escuchaba y que por algún motivo sentía que reconocía.

— Creo que debemos ir. —sugirió hacia Hyungwon quien parecía seguir sus movimientos con la mirada— solo así podremos salir de aquí.

Silencio y una mirada fija fue todo lo que consiguió a cambio después de aquel comentario.

— ¿Por qué crees que deberíamos ir? —preguntó con firmeza— ¿Acaso podemos confiar en cualquiera que aparezca por ahí?

Wonho frunció el ceño ante el comentario.

— ¿Q-qué estas diciendo? —preguntó sin creerse lo que había escuchado— yo he confiado en ti, ¿Por qué no podría confiar en alguien más que quiere ayudarme?

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